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Mostrando entradas de diciembre, 2006

Corrientes subterráneas

La semana pasada Luis Antonio de Villena reseñaba en Babelia un libro de Marcel Jouhandeau. Ahora, leyendo el último -y recomendable- dietario de José Carlos Llop, La escafandra , me encuentro con una glosa a la muerte de José Cabanis. Curioso. Ambos autores -Jouhandeau y Cabanis-, prácticamente desconocidos e inéditos en España, fueron recordados en los inicios de este blog. Parece que hay corrientes subterráneas de extraños cursos e imprevisibles surgencias. Adenda : Una de las entradas del libro de Llop dice: "De todas las letras del abecedario, la que más me gusta es la Y que tienen algunas mujeres en el nacimiento de las nalgas". Sin duda se refiere a lo que en anatomía se llama "rombo de Michaelis". Y, precisamente, con este nombre tiene mi amigo y colega Juan Luis Martínez un delicioso relato en La caja blanda (KRK, 2004).

Ventanas y escaleras de la poesía

En su libro Hormigas blancas , Jordi Doce afirma muy acertadamente que no hay poema sin ventana. Por su parte, el inglés Augustine Birrell, en el libro de título homónimo al de esta bitácora, habla de poemas sin escalera. En efecto, para explicar la "oscuridad" de ciertos poemas de Browning, recurre al símil del arquitecto que olvidó colocar una escalera en una casa de bonitas habitaciones, de modo que no se podía acceder a ellas. Así, dice Birrell, "Sordello" es un poema sin escalera. A mi me gustan los poemas de grandes ventanas y habitaciones bien ventiladas. Y con escaleras que me conduzcan a ellas.

Tennyson según Gisbert

José Luis García Martín, en su dietario semanal "La vida misma" ( La Nueva España, hoy), evoca un paseo por la ciudad de Lorca y menciona cierta esquina de la calle Lope Gisbert. Recuerdo haber visto este nombre en uno de los escritos filipinos de Gil de Biedma -no recuerdo cuál-, pues don Lope Gisbert fue administrador general de la Compañía de Tabacos de Filipinas -la misma empresa para la que trabajó el poeta barcelonés- en la década de los ochenta del siglo XIX. Lo que no vi, y me extrañó viniendo de un poeta tan anglófilo, es que no aludiese a la labor de Gisbert como introductor de Tennyson en España. En efecto, en 1875 publicó en Madrid Idilios de A. Tennyson . Los idilios puestos en verso castellano son "Elena" y "Enid" y, a decir verdad, no sale mal parado don Lope del envite. Estos son, a modo de ejemplo, unos versos del canto séptimo del primer poema: Ya Lanzarote Pesaroso cabalga: los trillados Caminos huye y toma las herbosas Sendas, de escasa

Pasos en la arena

Como ocurrió con otros autores de renombre, el recuerdo de Remy de Gourmont se desvaneció pronto tras su muerte. Sus novelas, que le dieron fama en su día, hoy nos parecen demasiado erosionadas por el tiempo. Sin embargo, su prestigio como crítico y ensayista ha permanecido inalterable aunque con altibajos. Ahora, esta pequeña y benemérita editorial que es Periférica, después de regalarnos con Rivarol, nos dispensa un libro de Gourmont, Pasos en la arena , que reúne, en edición y traducción de Luis Eduerdo Rivera, una selección de sus mejores aforismos y pensamientos. Una fuente de lúcida inteligencia. He aquí, para abrir boca, algunos de ellos: - Existen cosas de las que hay que tener el coraje de no escribir. - El hombre es un animal que ha logrado serlo, eso es todo. - Si quieres hacer filosofía, conócete a ti mismo; pero si quieres hacer fortuna, conoce a los demás. - Se debe escribir bien, pero es preferible expresar un pensamiento sin arte aunque con claridad, que decirlo de una

Críticas adversas

Hace años, cuando alguna de mis novelas recibía una crítica adversa, buscaba consuelo pensando en las críticas que en su día recibieron obras que hoy nos parecen maestras. Mi lenitivo favorito en estos casos era la lectura al azar de Rotten Reviews , de Bill Henderson. Allí uno podía encontrar un buen recetario de pésimas críticas a excelentes escritores. Verbigracia: La escasa imaginación de Balzac en cuanto a invención, creación de caracteres y argumentos, según Eugene Poitou. El vaticinio de James Lorimer de que Cumbres borrascosas nunca sería mayoritariamente leída. El escepticismo del Saturday Review respecto a la permanencia de la reputación de Dickens. Le Figaro sentenciando que Flaubert no era escritor. Clifton Fadiman reconociendo el talento notable, aunque menor, de William Faulkner... Claro que yo sabía que esto era autoengañarse. Las comparaciones, incluso entre malas críticas, son odiosas. Siempre estaremos a la sombra de los gigantes. Pero no hay que alarmarse. Tampoco

Un poema de Capetanakis

HISTORIA DE DETECTIVES El desconocido salió de la casa a primera hora; Un vecino oyó sus pasos entre dos sueños; El cuerpo fue descubierto desparramado con flores; Al parecer sus veladas eran demasiado apasionadas. Solían estar juntos mucho tiempo; El amigo vestía de negro, de aspecto distinguido Dijo el portero; su esposa siempre pensó Que eran muy simpáticos e interesados en la cocina. Y tal vez esto fuera cierto. La noche anterior Hicieron una sopa que resultó un gran éxito; También bebieron cerveza y todo fue bien, La charla, los besos y por último el ajedrez. "¡Fue muy divertido!", dijeron; pero su verdadero amor Palpitaba en sus pechos como pus que hay que sacar. El portero encontró el arma y el guante, Pero sólo nuestra desesperación puede encontrar el credo. (Traducción: J.O.) Nota: Demetrios Capetanakis nació en Esmirna, en 1912. Estudió en las universidades de Atenas y Heidelberg. En 1939 se instaló en Inglaterra. Escribió en griego y en inglés. Murió en Londr