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Mostrando entradas de noviembre, 2019

Vida y peligros

El veterano vaquero movió la cabeza con desaliento. -Tu vida está en peligro, Valerie. -¿Y la tuya no? -inquirió la muchacha con suavidad. -También. -Corremos los mismos peligros. -Sí, pero tú eres muy joven. Yo soy distinto, ya soy un viejo. -La vida es hermosa a todas las edades. (Orland Garr, El tahúr rebelde . Bruguera, 1973).

El sueño de un quinterno

Leonardo Sciascia (1921-1989) Examinaba los hechos de la vida, el pasado y el presente para extraer de ellos sentimientos y significados, como en otro tiempo extraía de los sueños de los otros los números de la lotería. "La vida es un sueño, de verdad; el hombre quiere tener conciencia de ella y sólo logra inventar cábalas. Cada época tiene su cábala, cada vida la suya... Y del sueño que es la vida hacemos constelaciones de números: dentro de la rueda de Dios o dentro de la rueda de la razón... Y, al fin y a la postre, es más fácil obtener un quinterno en la rueda de la razón que en la de Dios: el sueño de un quinterno dentro del sueño de la vida..." (Leonardo Sciascia, El Archivo de Egipto . Traducción: Ana Goldar, Bruguera, 1977). 

La bárbara pierna blanca de Ahab

En Moby Dick el capitán Ahab tarda en salir a escena. Encerrado en su camarote desde que partiera el Pequod , se hace por fin visible a la tripulación cuando el ballenero lleva ya varios días navegando. En el capítulo 28 ("Ahab") Ismael ve por primera vez al elusivo capitán, de pie, en el alcázar, y nos da una primera descripción de sus rasgos físicos. A continuación, remarca " Tan poderosamente me afectaba el sombrío aspecto de Ahab y la lívida marca que lo marcaba (se refiere a la cicatriz que surcaba su mejilla) , que durante los primeros momentos apenas noté que no poco de su dominante aire lúgubre se debía a la bárbara pierna blanca sobre la que se mantenía parcialmente de pie. Me habían contado previamente que esta pierna de marfil había sido realizada en el mar con el hueso pulido de la mandíbula de un cachalote".  Setenta y ocho capítulos después ("La pierna de Ahab") se nos informa de que poco antes de que el Pequod zarpara del puerto de Nantuc

Cultura y felicidad

Joan Estelrich (1896-1958) La Revista fue una publicación cultural catalana fundada en 1914, de periodicidad irregular (quincenal, trimestral, semianual o anual, según épocas), que mantuvo a lo largo de su existencia y hasta mediados de los años treinta un nivel ciertamente notable. De orientación ideológica variada, sus contenidos incluían el ensayo, la poesía, la narrativa e incluso el teatro. Así, el número correspondiente a julio-diciembre de 1928 consta de 118 páginas sin ilustraciones, y advierte haber sido "presentado a la censura gubernativa" (como era obligado en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera). Se abre con unas "Moralitats d'octubre", del católico y conservador  Ramon Rucabado y termina con "El art català actual relacionat amb el més recent de la jove intel.ligència", per un Salvador Dalí que entonces solo contaba veinticuatro años. (Dicho artículo es la transcripción de la conferencia dada por el joven pintor en el Salón

Exigencias

"No exija nada si no está seguro de poder respaldarlo". (Randolph Scott en Carson City , 1952, de André De Toth. Guion de Sloan Nibley y Winston Miller).

Una lectura de campaña

Italo Calvino (1923-1985) Acabo de leer un libro muy adecuado para estos días de campaña (oficial): La jornada de un interventor electoral. Aunque escrita en 1953, Italo Calvino no publicó esta novela hasta diez años después, tras haber dado a la luz en los años cincuenta su formidable trilogía "Nuestros antepasados" ( El vizconde demnediado, El barón rampante y El caballero inexistente) . Én España fue publicada en edición de bolsillo por Bruguera en 1981, tarducida por Francesc Miravitlles. En La jornada de un interventor electoral Calvino se aparta del tono fantástico de sus obras anteriores, pero conserva su acerado espíritu crítico. Apenas 150 páginas le bastan al autor para abordar, con su aguda visión de la realidad, el asunto de unas elecciones democráticas, la lucha por el voto y la crisis de las ideologías. El protagonista, Amerigo Ormea, es un gris y honrado militante comunista de Turín que en las elecciones generales de 1953 es nombrado por su partido i

Pequeña historia de un quinto premio

En 1967 escribí mi primer cuento, "De cuando Molinejos estuvo en Tomelloso", ambientado en tierras castellanas y protagonizado por un dómine de rasgos picarescos. El relato bebía de fuentes fácilmente identificables y estaba escrito en un lenguaje barroco que era el que solía usar por aquel entonces. Al año siguiente decidí probar suerte y enviarlo al II Concurso de Cuentos de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de León. Hubo suerte. A principios de noviembre recibí una carta certificada en la que se me comunicaba la concesión del quinto premio (aquel año se dieron seis). El premio llevaba aparejada una dotación económica de 3.000 pesetas. El jurado estaba constituido por el Javier Martín Artajo (por parte del Patronato de la Obra Cultural), Dámaso Santos, Emilio Salcedo, Antonio Pereira y Victoriano Crémer.  El ganador fue Alfonso Martínez-Mena y el segundo premio se lo llevó Carlos Murciano. Otros galardonados fueron Antonio Gamoneda, Pedro A. Benavides y Luis Leicea. Co

Pequeña historia de un segundo premio

Hoy hace exactamente cincuenta años mi nombre apareció en el ABC . No lo supe entonces, me enteré hace poco gracias a la hemeroteca online del diario. En efecto, en la sección "Vida cultural" del domingo 2 de noviembre de 1969, página 49, se daba noticia del fallo del III Concurso de Cuentos convocado por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de León, que había tenido lugar en dicha ciudad el 31 de octubre, Día Universal del Ahorro. El primer premio, dotado con 20.000 ptas. fue para Miguel Fernández-Braso, de Madrid. Al certamen se habían presentado 386 trabajos, y el jurado estuvo formado por Dámaso Santos, como presidente; Emilio Salcedo, Antonio Pereira y Victoriano Crémer. En la nota, redactada por el corresponsal Máximo Cayón, se dice: Al final de la cena se dio lectura al acta clasificadora correspondiente, siendo galardonado con el segundo premio, dotado con 15.000 pesetas, el original de Jorge Ordaz Gargallo, de Barcelona.  Otros premiados fueron Laureano Bonet