Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2008

Conradiana, ahora en edición impresa

Finalmente me decidí a dar a la imprenta las entradas que, con la etiqueta de "Conradiana", se fueron publicando en este blog el año pasado. El resultado ha sido un folleto de 28 páginas, en edición privada de 65 ejemplares, numerados y fimados por el autor. Descontando los ejemplares de Conradiana entregados a familiares, amigos, colegas y otros compromisos, todavía me quedan unos doce disponibles. Aquellos que desen tener un ejemplar solo tienen que mandar su petición a mi correo electrónico (ordazg@hotmail.com), indicando nombre y dirección donde enviarlo. Las peticiones se irán cumplimentando por orden cronológico, y se enviarán, gratuitamente, por correo postal. Espero que os guste.

El rubio de risa perversa

A modo de homenaje a Richard Widmark, recientemente fallecido, he vuelto a ver esta estupenda película que es Noche en la ciudad ( Night and the City ), dirigida por Jules Dassin en 1950 y basada en una novela del escritor británico Gerald Kersh. Al principio de la película el personaje que encarna Widmark, un chulo de cabaret llamado Harry Fabian, le dice a su chica (Gene Tierney): “Yo lo que quiero es llegar a ser un hombre importante”. Al final Fabian no lo consigue, pero sí Richard Widmark con su magistral interpretación.

Book-hunting en Londres

Estuve en Londres por Semana Santa. Vi cosas interesantes, como la Tate Modern, con la retrospectiva del escultor Juan Muñoz y la impactante grieta en el suelo ("Shibboleth") de Doris Salcedo. Descubrí también la poco visitada sala de la Ilustración del Museo Británico y la encantadora casa Museo de Sir John Soane (gracias, Conde-Duque). El sábado por la mañana lo dediqué a ir de librerías de viejo. Hacía un tiempo inclemente, pero las ganas podían más. Estuve en Cecil Court, pero la mayoría de librerías estaban cerradas. En Charing Cross entré en Foyles, en la planta de libros de segunda mano, y allí compré The Life and Letters of Sir Edmund Gosse , del Hon. Evan Charteris, K.C., publicado por William Heinemann en 1931. Luego entré en Quinto y me hice con un precioso ejemplar de la primera edición del Alexander Pope de Edith Sitwell, editado en 1930 por Faber & Faber. (De regreso al hotel pasé por delante de las antiguas oficinas de la Faber & Faber Ltd., en el 24

Errante

"Deseo la muerte, pero se me ha negado... Tras siete años y tras otros siete años, anclaba en una bahía viendo las vidas de los que envejecen y mueren, de los que sufren y mueren, de los que mueren... Rezo día y noche, pero mis plegarias no son escuchadas. Hundiéndose en la helada oscuridad, en las profundidades insondables de las negras aguas que pudren el abismo del mar, en vano mis palabras buscan el oído de Dios..." (James Mason en Pandora y el holandés errante , guión y dirección de Albert Lewin, 1951) Aviso: Este blog se toma un descanso de una semana. Hasta pronto, pues.

Morley Callaghan

En 1928 Morley Callaghan, periodista canadiense del Daily Star de Toronto, aterriza en París ávido por conocer el ambiente bohemio y alocado de la capital. Había seguido el consejo de Ernest Hemingway, su colega en la redacción del periódico. Callaghan cuenta veinticinco años y quiere ser también escritor. En París conoce, entre otros expatriados, a Scott Fitzgerald, Gertrud Stein, James Joyce y Ezra Pound. Con todos departe y con algunos se divierte. Un día sale al ring a boxear con Hemingway y le deja k.o. En París, y en aquella época, se podía ser muy pobre y muy feliz. Al año siguiente regresa a su país y se instala en Toronto, ciudad de la que apenas se moverá hasta su muerte en 1990. A mediados de los años treinta Callaghan disfruta de los momentos más dulces como escritor. Publica novelas de éxito - Such Is My Beloved (1934) y They Shall Inherit the Earth (1935)-, y sus cuentos son premiados y traducidos a varios idiomas. Por nueve años consecutivos es antologado en The Bes

Un poema de Palau i Fabre

LA ROSA Has hecho que hablen demasiado de ti, de tu perfume, de tu belleza. ¡No vale la pena! Pero que conste, desde ahora, que mi instinto ha sido siempre el de estropearte; que te he deshojado, que te he estrujado dentro de la mano hasta dejarte sin respiración, que no te he respetado con aquella especie de adoración estúpida con la que te nombran los otros, con la que hablan de ti unos cuantos poetas desgraciados que también has seducido. ¡Ya nos conocemos! Conozco bien tus encantos, tus artes, tu perversidad, ¡y no me pillarás! Tu eres una de aquellas chicas que toda la vida parecen decirte sí, te dan esperanzas, van pasando el tiempo y te doblan el espinazo inútilmente. Conozco tu colección de vestidos esplendorosos, tus faldas innumerables: pero los muslos, no los encontramos jamás. ¡Ya está bien de tu imperio, de tu tiranía! Me avergüenzo de haberme dejado, por un momento, llevar por la música de tu rostro. Si te encuentro otra vez te magullaré, como cuando era niño, te lanzar

El estudiante de Freiberg

En 1797 se inscribió en los cursos de la Academia de Minería de Freiberg, en Sajonia, un estudiante llamado Friedrich Leopold von Hardenberg. Era un joven con muchas inquietudes y enorme talento. Había estudiado Leyes, recibido lecciones de Schiller, conocido a Goethe y trabado amistad con Tieck y Schlegel, entre otras figuras alemanas de su tiempo. La literatura le atraía, pero también se interesaba por la geología y la minería. La Escuela de Minas de Freiberg era, a pesar de su pequeñez, una de las más reputadas de Europa, si no la que más. Al frente de la institución se hallaba el célebre profesor Abraham Gottlob Werner, el “Sócrates de la moderna Mineralogía” y líder indiscutible de los neptunistas. Sus enseñanzas habían traspasado las fronteras gracias sobre todo a la difusión y traducciones de sus escasos pero influyentes escritos, como el manual Kurze Klassification und Beschreibung der verschiedenen Gebirgsarten (1787, Breve clasificación y descripción de los diferentes terre