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Mostrando entradas de mayo, 2017

Biblioteca y jardín

Cicerón, en el libro tercero del De finibus, recuerda una de sus vusitas a la espléndida biblioteca de Lúculo, en una de cuyas salitas se encontró al rígido Catón (el futuro suicida) leyendo rollos de filósofos estoicos (III, 7). En abril de 55 le envía una carta a Ático (IV, 10) simplemente para decirle lo feliz que se siente de hallarse en ese momento en la biblioteca de Fausto, el hijo de Sila, en la que se conservan los "originales" del "verdadero" Aristóteles. En otra ocasión escribe a Varrón, el erudito universal al que precisamente por entonces pensaba César encomendar la creacióin de una gran biblioteca pública, unas líneas para invitarlo a la biblioteca de su villa de Túsculo y, si no puede ir Varrón, vendrá él: "si tienes una biblioteca con jardín, lo tienes todo" ( Familiareess , IX, 4).  

Filosofía del par

    -Drubble, amigo mío, no se trata de una venganza, es solo una necesidad personal de averiguar de una maldita vez por qué diablos mueren siempre los mejores.    -No mueren siempre los mejores, hijo. Lo que ocurre es que la muerte de los malos bichos no duele.     Me alejé por la calle fría, dando la espalda a Drubble. Tal vez tuviera razón. Tal vez lo único importante era tomar un par de copas, abrir un par de piernas y ganar un par de dólares. No estaba seguro de esta filosofía, pero necesitaba un par de copas. (Rocco Sarto, Un caso particular. Bruguera, Colección "Punto Rojo", 1983).

Mosquitos

Humboldt y Bonpland en Sudamérica (Cuadro de Eduard Ender) A finales de marzo de 1800 Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland llegan a la misión de los capuchinos de San Fernando de Apure (Venezuela), en la orilla de este río, en plena selva. Humboldt ya había tenido ocasión de conocer la jungla sudamericana, pero en este viaje a través de la tupida espesura vegetal, bajo un calor y una humedad sofocantes, hubo de enfrentarse a múltiples peligros. De todos ellos el peor, la verdadera plaga que les asedió durante los meses que estuvieron navegando por el Orinoco y sus afluentes, no fueron las serpientes, ni los jaguares, ni los pumas, ni los capibaras, ni los caimanes, ni siquiera el escurridizo y legendario “hombre velludo” de la selva que, según los indios, era parecido a un gran simio; sino estos terribles, implacables, omnipresentes insectos picudos y chupadores de sangre que son los mosquitos. Los más temibles eran los llamados zancudos (género Culex ), que se presentab

Pensamientos no tan malos

Santiago Rusiñol (1861-1931) Si los jueces fuesen juzgados después del juicio, algunos de ellos irían a prisión. El escritor que cuida demasiado el estilo lo hace porque tiene pocas cosas que decir; el que no lo cuida nada, mejor sería que no las dijera. Quienes buscan la verdad merecen el castigo de encontrarla. Llamar hábil a un artista es censurarlo, llamárselo a un político es alabarlo. La urbanidad es el conjunto de reglas para hacer más llevadera la estupidez, La mejor época del matrimonio es el principio y el final. La peror son los treinta años de intervalo del consorcio. (Santiago Rusiñol, Máximas y malos pensamientos. Piensa mal y no errarás . Traducción de Francisco Fuster, Vaso Roto Ediciones, 2014).

Confusión en la batalla

Soldado 1: Este río me recuerda a una chica que conocí en Nueva Jersey. Tenía una foca como mascota. Era hermosa. Soldado 2: ¿Quién? ¿La foca? Soldado 1: No, la chica. ( Regreso del infierno , 1955, de Jesse Hibbs. Guion de Gil Doud y Audie Murphy).

Peregrinulu Transelavanu

Pedro Felipe Monlau (1808-1871) En marzo de 1865 llegó a la sede de la Real Academia Española un ejemplar de una obra escrita en lengua válaca titulada Peregrinulu Transelvanu , ofrecido por el autor Juan German Codru Dragusiánulu, vice-capitán director del distrito de Fagaras, a dicha corporación. La Academia encargó la redacción de un informe al individuo de número D. Pedro Felipe Monlau. Hombre polifacético y de múltiples ocupaciones (médico, higienista, filólogo, periodista, literato, filósofo, psicólogo, político y geógrafo, entre otras cosas), Monlau tardó tres años en tener listo el mencionado informe, pues antes viajó a Constantinopla, donde tuvo ocasión de hablar con algunos moldo-válacos o rumanos, de visitar los Principados Danubianos y de estudiar algo detenidamnente la lengua del país. El informe, titulado Breves consideraciones acerca del idioma válaco o romance oriental, comparado con el castellano y demás romances occidentales, fue leído por el propio redactor en

Ministro

Su Dongpo (1037-1101 Las familias, cuando nace un hijo, desean que este sean inteligente. Durante toda mi vida he tenido que pagar el precio de mi inteligencia; y solo deseo que mi hijo sea necio y estúpido, para protegerlo así de todo avatar y que acabe siendo ministro. Su Dongpo (En: Ideas ajenas, recopiladas idiosincráticamente por Simon Leys. Traducción de Teresa Lanero, Confluencias Editorial, 2015). 

Un poema de Nabokov

Vladimir Nabokov (1899-1977) QUÉ OCURRIÓ POR LA NOCHE ¿Qué ocurrió por la noche a la memoria? Debe de haber nevado: ¡tal quietud! De nada sirvió a mi alma el estudio del olvido: en el sueño se ha resuelto ese problema. Sencilla, elegante solución. (¿De qué me he estado preocupando yo durante tantos años?) No ve uno una gran necesidad de levantarse: no hay cama, y cuerpo tampoco lo hay.                                                                   Menton, 1938 (Traducción: Javier Marías. En: Desde que te vi morir , Alfaguara, 1999).  

Tossa

(Fotografía de la cubierta: Xavier Miserachs) "Tossa de Mar se transformaba, visiblemente. La marea bulliciosa subía más y más, impelida por una fuerza subterránea y ciclópea. La propaganda, deslumbrante artilugio, era cual una rueda que girase sin descanso, desde la salida a la puesta del sol. Hilos mágicos, tendidos en los mapas, sobre mares y continentes, marcaban la situación de la villa, orlada con el esquema de una rosa de los vientos. Una noria fantástica volteaba sus cangilones sobre el pueblecito hora tras hora. Giraba y giraba la rueda de los ditirambos. La esterlina y el dólar corrían ya de mano en mano y matemáticos indígenas establecían su casa de cambio en los bolsillos.  Hormiguero hasta hacía poco en quierud, había entrado en actvidad. Los vecinos, sacudiendo el letargo invernal, retornaban de una vida sedentaria, incorporándose a la corriente impulsiva.  Era como si tras un proceso biológico hubieran llegado al mayor desarrollo para manifestarse en un