MUDOS CONFIDENTES
Volveré con la llave de las brumas
y las hierbas, felices de rocío
en los bosques donde las hayas cantan
con la voz infinita de los pájaros.
Regresaré amazona del verano
sobre un caballo de color de almendra,
a los rosales y a las buganvillas
que plantara mi padre en nuestro huerto;
a la casa que huele a mar y tierra
la resonancia de las caracolas,
al desván que albergó mis fantasías
en el barco pendiente del vigamen,
el espejo de marco desconchado,
al marquesín de la blanca peluca
que bailaba minués con la marquesa,
sobre el arzón de la caja de música,
y que fueron los mudos confidentes
de mis sueños de niña, de la dueña
de una pluma, un cuaderno y un canario,
unos versos, un can y una tortuga.
(Ángeles Villarta, Costa verde. Edición de la autora, Talleres Fareso, Madrid, 1959)
Volveré con la llave de las brumas
y las hierbas, felices de rocío
en los bosques donde las hayas cantan
con la voz infinita de los pájaros.
Regresaré amazona del verano
sobre un caballo de color de almendra,
a los rosales y a las buganvillas
que plantara mi padre en nuestro huerto;
a la casa que huele a mar y tierra
la resonancia de las caracolas,
al desván que albergó mis fantasías
en el barco pendiente del vigamen,
el espejo de marco desconchado,
al marquesín de la blanca peluca
que bailaba minués con la marquesa,
sobre el arzón de la caja de música,
y que fueron los mudos confidentes
de mis sueños de niña, de la dueña
de una pluma, un cuaderno y un canario,
unos versos, un can y una tortuga.
(Ángeles Villarta, Costa verde. Edición de la autora, Talleres Fareso, Madrid, 1959)