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Mostrando entradas de diciembre, 2013

Diagnóstico de actualidad

En el escaparate de la librería de lance "La Trastienda", de la calle Mariano Domínguez Berrueta, en León, se halla un cartelito con la siguiente frase de Emile Henry Gauvreay: "Hemos construido un sistema que nos persuade a gastar el dinero que no tenemos en cosas que no necesitamos, para crear impresiones que no durarán en personas que no nos importan." ¡FELIZ AÑO 2014!

Apariencia y esquema

El poeta J. V. Foix solía felicitar las fiestas navideñas regalando a sus amigos una plaquette con un poema impreso. También podía haber regalado turrones de su pastelería, pero Foix lo tenía claro: una cosa es el negocio y otra la poesía. En 1960 reunió estas felicitaciones en un libro titulado Onze nadals i un cap d'any . El poema, sin título, escogido para la Navidad de 1956 está datado en Port de la Selva y lleva un dibujo de Alexandre Galí. La primera estrofa (de diez) dice así: Ni em bato ni vaig al fort, Ni forejo a l'hora extrema; Cremo fulla i, en rec mort, Sóc aparença i esquema. I si als horts paro la trema -Quan la lluna enclaustra el port- Sóc aparença i esquema.    ¡FELICES FIESTAS!

Ugalde

Pedro Luis Ugalde Ramo (1946-2013) (Foto de Carles Suqué, en La edad de oro , 1976)   Me entero del repentino fallecimiento de mi amigo Pedro Ugalde y, de repente, en medio de la sorpresa y el dolor por su pérdida, se me vienen encima cantidad de recuerdos. Nos conocimos en el colegio y desde entonces siempre nos mantuvimos en contacto. Son incontables las horas que nos hemos pasado hablando de cine y literatura y compartiendo gustos y lecturas. Descanse en paz. Reproduzco a continuación la entrada que le dediqué en este blog el 9 de enero de 2009: No todo el mundo puede presumir de tener una novela y un libro de poemas con sendos prólogos de Juan Marsé y Jaime Gil de Biedma. El abogado y escritor Pedro Ugalde (Barcelona, 1946) puede hacerlo, pero no lo hace. En Los años contados (2008), el recientemente fallecido José Luis Giménez Frontín se refiere a Ugalde al hablar de la revista Hora de Poesía, de cuyo inicial comité de redacción ambos formaron parte, y dice: &q

Monardes

El médico y botánico sevillano Nicolás Monardes dio a conocer, con su obra  Historia medicinal de las cosas que traen de nuestras Indias Occidentales que sirven en Medicina (1565-1574), las virtudes terapéuticas de las entonces poco conocidas producciones naturales del Nuevo Mundo. La obra pronto fue traducida al latín, inglés, francés e italiano. Aunque la mayor parte del libro está dedicada a los vegetales, no olvida Monardes los usos prácticos de algunos especímenes minerales. Así, además de reiterar su creencia en las maravillosas virtudes del hierro, habla de las piedras preciosas, a las que atribuye la cualidad de combatir los venenos, "en especial el jacinto y las perlas, y mucho más la esmeralda, de la cual tomada nueve granos, resisten todo veneno...". Luego analiza el ámbar (que no cree sea simiente de ballena) y el sulphur ("materia principal de aquella diabólica invención de la pólvora"), del que dice sana la sarna y "tomándolo con un huevo,

Rayos mortíferos

La nave descendía ahora suavemente debajo de ellos, los dos amigos no veían más que grandes amontonamientos de rocas, sin la menor vegetación ni el más leve vestigio de agua. Si Júpiter había tenido vida propia, debió ser bastante millares de siglos. Lo cierto era que en la actualidad no quedaba de aquella vida el más leve rastro. (...) La nave acababa de tocar suelo. Marcel se soltó de donde estaba asido y se dejó caer entre las rocas, procurando que el golpe contra el suelo no fuese demasiado violento. A pesar de todo, tuvo que soportar un fuerte choque, que le dejó un par de segundos inmóvil sobre la superficie. (...) Casi al mismo tiempo un fuerte resplandor les dejó cegados por unos instantes. Era el "rayo de la muerte", lanzado a gran potencia, que estaba volatilizando la nave que acababan de abandonar. -¿Qué te parece? ¿He tenido vista, Davis? -¡Excelente, muchacho! ¡Caramba! ¡Dónde estaríamos si no hubiésemos evacuado a tiempo! -Esos "rayos de la muert

Agustí

Ignacio Agustí (1913-1974) Con motivo de los cien años del nacimiento del escritor Ignacio Agustí, he vuelto a leer su novela más conocida: Mariona Rebull (1944), primera de la serie "La ceniza fue árbol". Dentro de los cánones de la novela tradicional, de corte realista, la novela de Agustí resiste bastante bien el paso del tiempo. Algunas de sus descripciones poseen indudable fuerza y siguen vivas en el imaginario de muchos lectores. Así, por ejemplo, la escena, después del atentado en el Teatre del Liceu, en la que Joaquín Rius sube las escaleras con el cadáver de Mariona en brazos: "Uno a uno, con seguridad creciente, iba subiendo los peldaños, por la parte de fuera de la alfombra, para sentir la seguridad del contacto. Y al fin del primer tramo, casi en el rellano, se detuvo, porque había oído un rumor de que algo se perdía, que huía cristalinamente; eran golpecillos secos y rotundos, saltarines, sobre el mármol de los peldaños. Se volvió, apenas, y vio cóm

Diamantes

"Es asombroso el diamante. El más duro de todos los materiales. Tan duro que todo lo que toca sufre: el vidrio, el acero, el alma humana." (Peter Lorre en Soga de arena , 1949, de William Dieterle. Guion de Walter Doniger y John Paxton) 

Arqueología personal

Tal día como hoy, hace cuarenta años (sí, cómo pasa el tiempo), hacía la lectura y defensa de mi tesis doctoral en la entonces Facultad de Ciencias de la Universidad de Oviedo. El título de la tesis era: Estudio petrográfico del comportamiento mecánico de los mármoles bajo esfuerzos uniaxiales . La había empezado en la Universidad de Barcelona hacía unos tres años y fue la primera tesis de tema petrofísico que se leyó en la Universidad de Oviedo. El tribunal -formado por José Antonio Jiménez Salas, Alfredo San Miguel Arribas, José María Fúster Casas, Luis Carlos García de Figuerola y Modesto Montoto San Miguel (secretario y director de la tesis)- tuvo a bien concederme la calificación de sobresaliente "cum laude". Meses después pasé por el estudio fotográfico Dolsé, de la ovetense calle Mendizábal, a hacerme una foto con el traje académico de doctor en ciencias (toga, birrete y muceta azul turquí). Para la ocasión Modesto Montoto me prestó el suyo que, a su vez, había pe

Baile de balas

Sacó su revólver. Era como una sentencia de muerte para Kennedy. Sonó un débil grito. Pero Kennedy ni se movió. -Paz -dijo-. Haya paz. El pistolero gruñó: -Baile. Haya baile. Y le disparó a los pies con la intención de obligarle a pegar un brinco. Pero Kennedy no se movió después del disparo. No pestañeó tan siquiera. Kennedy tan tranquilo. La tercera bala se le llevó parte de la suela. Y Kennedy sin enterarse. El pistolero le miró atónito. -¿Qué pasa? ¿No bailas? -Yo solo predico la paz. Y descargó la enorme Biblia con lomo de hierro sobre la cabeza de su agresor, quien no tuvo tiempo ni de levantar un poco más el Colt. Sonó un siniestro "chask". El pistolero quedó K.O., y cayó como una res apuntillada.  (Silver Kane, El templo de los pistoleros . Ediciones B, Colección Bravo Oeste, 1987)