Como es sabido, Balzac comienza Papá Goriot (1834) con una larga y detallada descripción de la casa de huéspedes de Madame Vauquer, sita en la calle Nueva de Santa Genoveva de París, entre el Barrio Latino y el arrabal de San Marcelo. A lo largo de una treintena de páginas el narrador va describiendo con detalle todas y cada una de sus habitaciones, con su mobiliario correspondiente; y luego introduce a los huéspedes de la pensión, haciendo notar su situación personal en la vida a fines del mes de noviembre de 1819, justo cuando cuando arranca la acción. Esta forma de iniciar una novela nos parece hoy en día convencional y corriente, pero no lo era tanto en la época en que fue escrita Papá Goriot . Además, puede decirse que Balzac lleva este recurso narrativo a altas cotas de refinamiento. Lo acertó a ver con acuidad Erich Auerbach cuando en Mímesis. La representación de la realidad en la literatura occidental (1946) escogió precisamente, como ejemplo del innovador estilo realist