Foto extraída de Maurice Baring. A Citizen of Europe de Emma Letley, 1991 Hay escritores con mascota y sin mascota. Entre los primeros los hay de perro, de gato y de otros animales. Así, por ejemplo, Colette y Léautaud eran muy gateros; mientras que Kafka y Virginia Woolf eran perreros. En cuanto a otros animales, los hay para todos los gustos. Lord Monboddo tenía un macaco y Cyril Connolly un lemur. Yo no soy de mascotas. De pequeño tenía un periquito, que se murió y me dio mucha pena. Luego tuve otro y un buen día se escapó volando. No he vuelto a tener más. Más tarde se me ocurrió pensar que uno se forja una leyenda de escritor cazando leones en África, o paseando un cocker spaniel por los jardines de Kensington, pero no dándole alpiste a un periquito. Bueno, eso pensaba. Hasta que un día, leyendo una biografía de Maurice Baring, di con un