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Mostrando entradas de junio, 2021

Historias de terror

  Algunos de los relatos más terroríficos que conozco no están recogidos en ninguna antología del género. La razón por la que no han sido tenidos en cuenta es, probablemente, porque a nadie se le ha ocurrido aún escarbar en ciertos textos incluidos en un devocionario católico dirigido a niños y jóvenes, muy popular en los años cincuenta del pasado siglo: el Misalito Regina .  El ejemplar que conservo debió de ser el regalo de algún pariente por mi primera comunión. Se compró, según el sello estampado en la portada, en la desaparecida librería Rosés, de Castelló de la Plana. Lo publicaba la Editorial Regina, de Barcelona. Mi ejemplar es de 1954 (tercera edición). La primera, de 1952, tuvo una tirada de 40.000 ejemplares, que se repitió al año siguiente. Es un libro de pequeño formato, denso (798 páginas en papel biblia) y que se vendió muchísimo. Su autor fue el misionero claretiano P. Luis Ribera. El Misalito Regina contiene oraciones, misal completo, santoral, consejos a los aspirante

Física vs. poesía

  En Gotinga, Dirac hizo otra de sus improbables amistades. Esta vez fue con Robert Oppenheimer, quien había huído de Cambridge y ahora prosperaba en el Departamento de Física Teórica de Max Born como un estudiante de doctorado de rara habilidad, confianza en sí mismo y altanería. Sempiterno gallito intelectual, Oppenheimer se aseguró que sus colegas supieran que él estaba pensando en más cosas que en la física: su lista de lecturas eclécticas incluía la colección de relatos Winter Dreams de F. Scott Fitzgerald, el drama Ivanov de Chejov y las obras del poeta lírico alemán Hölderlin. También componía versos, una afición que dejaba perplejo a Dirac. "No veo cómo puedes trabajar en física y escribir poesía al mismo tiempo", le espetó durante uno de sus paseos. "En ciencia, tú quieres decir algo que nadie conoce en palabras que todos puedan comprender. En poesía, tú estás obligado a decir algo que todo el mundo sabe en palabras que nadie puede entender."  (Graham Fer

Brisas españolas

No hay constancia, creo, de que Herman Melville estuviera en las Filipinas. En Moby Dick , sin embargo, sí menciona a la entonces colonia española, aunque no por este nombre. Melville las llama "islas de Manila" ( "Manilla isles" ). La cita en cuestión pertenece al capítulo 116 ("La ballena agonizante") después de que el Pequod , navegando por el Pacífico, haya avistado ballenas y cazado cuatro.  Entonces anota Melville ( Moby Dick , Alianza Editorial, traducción de Maylee Yábar-Dávila) : "La tarde estaba bien avanzada y ya habían terminado todos los disparos de lanza en la batalla carmesí cuando, flotando en el encantador atardecer de mar y cielo, el sol y la ballena murieron sosegadamente al mismo tiempo. Hubo entonces tal dulzura y tal quejumbre, y tales oraciones entrelazadas se elevaron en aquel aire sonrosado, que casi parecía que desde lejos, en el profundo verde del valle conventual de la isla de Manila, la brisa de tierra española hecha marin

Nínfula nabokoviana (variedad pulp)

  Le bajé los jeans. Ella ayudó con un ligero cimbreo. No llevaba bragas; iba preparada, Y si había una sola cosa que me dejó anonadado era la increíble suavidad de su piel. Seda cálida. Fluida. Suplicando ser tocada, suplicando ser acariciada.  -Pon tus manos en todas partes, Johnny. Mmmmm... (Don King, Little Venus . Wizard Publications, Cleveland, Ohio, 1967). 

Lacónico

  Matón: Hola, forastero. Forastero: Hola. M.: ¿Viene de muy lejos? F.: Según se mire. M.: ¿A qué se dedica? F.: A lo que sale. M.: ¿Y piensa quedarse aquí mucho tiempo? F.: Ya veremos. M.: Oiga, no es usted muy hablador. F.: ¿Cómo lo ha adivinado?   ( La tumba del pistolero , 1962, de Amando de Ossorio. Guion de Amando de Ossorio y H. S. Valdés). 

Álvarez Flórez

Hace unos días me enteré, por el artículo publicado en El Periódico ("Muerte de un traductor", de Silvia Cruz Lapeña) de la muerte, a finales del pasado mes de abril, de José Manuel Álvarez Flórez. Había nacido en Cangas del Narcea (Asturias) en 1939, aunque pronto se trasladó a Barcelona donde desarrolló durante décadas una ingente labor como traductor del inglés. A mediados de los años setenta se dio a conocer como narrador con Autoejecución y suelta de animales internos (Júcar, 1975) y  Girar de anarcos (Muchnik, 1981), dos novelas en la línea experimental en boga en aquela época. Más tarde publicaría El delirio de Conan y otros relatos (Muchnik, 1990).    Como traductor trabajó para varias editoriales, entre las que se cuentan, a parte de Muchnik, Acantilado y Anagrama. Tradujo a un gran número de autores: Faulkner, Scott Fitzgerald, Steinbeck, Capote, Doris Lessing, E. M. Foster, Vonnegut, Bukowsky, John Kennedy Toole, Le Carré, Oliver Sacks, Tom Wolfe, etc. La Bibli

La Habana, hacia 1953

  -Qué ingenua parece esa puta de ciudad en la mañana -susurró Frank ensimismado, como si hablase consigo mismo- . Quién diría ahora que bosteza, borracha de su orgía... Capital del aborto, casino, burdel y fumadero de turista... mercado de carne negra para el puritano del norte... Lo bastante lejos para ser segura, lo bastante cerca para ser barata... Javana Kiuba, la mejor ganga que se ofrece en las agencias de turismo de la Quinta Avenida, Michigan Boulevard y Lincoln Road... Hello, baby. How's that cosmic cunt? -Frank... estás borracho. -Déjame, carajo. The has cansado de dar bofetadas a tu tierra. Ahora quiero darle unas cuantas a la mía... Ahí la tienes, John. Esa perla antillana que lleva cuatro siglos ahogándose en orgasmos venéreos de españoles, franceses, ingleses, holandeses, yanquis y criollos... Guarida de piratas, cazadores de esclavos, duquesa y prostituta, criadera de asesinos, cepo de mártires, cuna de poetas, Minerva y Mesalina, todo lo que odio y todo lo que amo.

Tana de Gámez

  La primera vez que leí el nombre de Tana de Gámez fue en un número extraordinario de Cuadernos para el Diálogo , de mayo de 1969, dedicado a repasar los últimos treinta años de literatura española. En el artículo "La novela española en el exilio", su autor, Rafael Conte, justificaba haber puesto los límites de su revisión en los exiliados que escribieron sus obras en español, dejando fuera aquellos que habían elegido idiomas extranjeros, como Michel del Castillo el francés, o Tana de Gámez el inglés. Este último nombre no lo vería estampado en un libro hasta muchos años después, cuando en una librería de viejo en Gales me topé con una novela suya: The Yoke and the Star . Posteriores búsquedas en Internet me ha facilitado algunos, no muchos, datos sobre esta olvidada escritora.  Nacida probablemente en Andalucía en la tercera década del siglo XX, a los cinco años emigró con su familia a los Estados Unidos. Desde muy joven empezó a trabajar en el mundo del espectáculo como gu

Libros para uno mismo

                                                                                    Walter Benjamin (1892-1940)   Entre todas las formas de procurarse libros, la más gloriosa, se piensa, es la de escribirlos uno mismo. Muchos de ustedes recordarán con simpatía la inmensa biblioteca que, en su pobreza, reunió con el tiempo el maestro de escuela Wuz, en Jean Paul, escribiendo él mismo, ante la imposibilidad de comprarlas, todas las obras cuyos títulos le interesaban en los catálogos de feria. Los escritores son, efectivamente, personas que escriben libros no por pobrerza, sino por insatisfacción con los libros que podrían comprar pero no les complacen.  (Walter Benjamin, Desembalo mi biblioteca . José J. de Olañeta, Editor, 2012. Traducción de Fernando Ortega).