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Mostrando entradas de diciembre, 2022

Relatos que hieren

  Mi amiga me dice, con un rostro un tanto circunspecto, que le hago pensar. Suelen acusarme de ese tipo de cosas, también de otras como "lo que escribes hace daño". La respuesta es evidente: no lo leas. Hay una anécdota que no recuerdo bien pero a la que siempre me aferro ante cosas como ésta, cuando un día a Flannery O'Connor durante una entrevista una señora le dijo un tanto enfadada que sus relatos herían. Flannery contestó que tal vez su alma no estuviera en el lugar indicado para entenderlos o, al menos, para no ser herida por ellos. Siempre me ha parecido una respuesta brillante y toda a una declaración. Cuestión nuestra situar nuestra alma en el lugar adecuado con todo el dolor que eso conlleva y el trabajo y la entrega, pero no acusemos al otro de nuestras miserias ni de sentirnos heridos ante algo que nos duele quizá por cercano o verdadero o porque de repente nos encontramos perfectamente definidos por palabras ajenas. (Ana Vega, Fresas con carne . Trabe/AFA, O

Árbol de Navidad

    EL CULTIVO DE LOS ÁRBOLES DE NAVIDAD Hay varias actitudes frente a la Navidad, algunas de las cuales podemos ignorar: La social, la torpe, la meramente comercial, la tumultuosa (los bares abiertos hasta medianoche) y la pueril, que no es la del niño para quien la vela es una estrella y el ángel dorado con sus alas desplegadas en lo alto del árbol no es solo un ornamento, sino un ángel.   El niño se maravilla ante el Árbol de Navidad: Déjemosle que continúe en el espíritu de asombro en la Fiesta que es un evento no aceptado como pretexto; de ahí el brillante arrobo, el deslumbramiento  del primer Árbol de Navidad que se recuerda, de ahí las sorpresas, el deleite de nuevas posesiones (cada una con su peculiar y excitante aroma), la expectativa del ganso o del pavo y el esperado sobrecogimiento ante su aparición,    de modo que la reverencia y la alegría no deban ser olvidadas con la experiencia posterior, en la hastiada rutina, la fatiga y el tedio, en la certeza de la muerte, en la

Proust, Grasset, Bibliofilia

Este año en el que se celebra el centenario de la muerte de Marcel Proust, han sido inumerables los artículos que han hablado de este gran escritor y de su monumental obra En busca del tiempo perdido , compuesta por siete volúmenes. Algunos de estos artículos han hecho referencia al hecho de que fue el propio Proust quien corrió con los gastos de publicación de la primera novela del ciclo, Por el camino de Swann , que apareció finalmente en la editorial Grasset, tras ser rechazada por varios editores.   Bernard Grasset recordaría esta circunstancia en su libro La chose littéraire (Gallimard, 1929), que fue traducido al catalán el mismo año por Just Cabot, periodista y director de la prestigiosa revista cultural Mirador , y publicado, con el título de El món dels llibres , por Antoni López Llausàs, editor y propietario de la Llibreria Catalònia de Barcelona, que también se encargó del prólogo. Impreso en los talleres gráficos Nagsa, se hizo una tirada de 750 ejemplares en papel verjura

Geología moral

  Joaquim Maria Machado de Assis (1839-1908)   Memorias póstumas de Bráz (o Blas) Cubas (1880), del escritor brasileño Joaquim Maria Machado de Assis, es una de lás más singulares novelas del siglo XIX. Son memorias tragicómicas contadas por Blas Cubas, una vez muerto, desde ultratumba. Es una novela de gran originalidad estilística, mezcla de costumbrismo, ideas, humor, ironía y sátira.  En el capítulo LXXI ("El pero del libro") se dice: "... y el libro se va haciendo, a ti te gusta la narración directa y nutrida, el estilo regular y fluido, y este libro y mi estilo son como los borrachos, que se balancean a diestro y siniestro, caminan y se detienen , gruñen, gritan, ríen a carcajadas, amenazan al cielo, tropiezan y caen...". Memorias póstumas de Blas Cubas pertenece a la extravagante estirpe de Tristam Shandy . El propio narrador de la obra así lo confiesa en el Prólogo, "se trata de una obra difusa, en la cual si bien yo, Blas Cubas, adopté la forma libre

Algo húmedo y pegajoso

  La primera cosa que vio fue a Jake Sloane. El rico minero estaba de pie detrás de un escritorio, inclinado hacia adelante con sus apretados puños sobre su borde. -¡Maldito seas! -murmuró- ¡Que Dios te maldiga! Luego de decir esto cayó hacia adelante, abriendo los brazos sobre la ancha mesa escritorio. Lennox see fue hacia él y, tomándole de un hombro, trató de darlo la vuelta. Sus dedos tropezaron con algo húmedo y pegajoso y retrocedió instintivamente. (W. T. Ballard, Viejos amigos . Traducción de Alberto A. Poch. Acme Agency, Buenos Aires, 1952) 

Frío y calor

Robert Taylor: ¿Sabe lo que se dice? Que Egipto es como un hombre sin mujer. Eleanor Parker: ¿Por qué dice esto? R.T.: Con calor de día y frío de noche. E.P.: Esto también puede decirse de una mujer sin un hombre. R.T. Yo no puedo saberlo.    ( El Valle de lors reyes , 1954, de Robert Pirosh. Guion de Robert Pirosh y Karl Tunberg).  

La hora del frío

  Tarde o temprano llega un frío terrible.  Somos jóvenes, fuertes y nos va más o menos bien, pero en algún momento de la vida pasaremos por una crisis, que puede tomar mil formas: soledad, desazón inexplicable, enfermedad, desajuste químico, ruptura, apatía. Y llegaremos a la intemperie. La música, el arte, las lecturas, la filosofía; con lo vivido, lo escuchado y lo reflexionado se crea un búnker mental. Pero hay que tener los deberes hechos; uno pierde a la madre y no piensa: bueno, ahora voy a ponerme a escuchar Cadena Dial, a ver si me alivia. Se trata, dice Joan Margarit, de "convertir el dolor en tristeza. El dolor no se puede gestionar; la tristeza sí".  (Marta D. Riezu, Agua y jabón . Anagrama, 2022).