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Mostrando entradas de septiembre, 2013

"La flauta mágica": conexiones geológicas (I)

Ignaz von Born (1742-1791) Es sobradamente conocido el trasfondo masónico de la ópera de W. A. Mozart La flauta mágica , estrenada en Viena en 1791, no así sus conexiones geológicas ( vid . A. Whittaker, Terra Nova , vol.3, 1991). Una de las logias vienesas de aquella época, la Zur wahren Eintracht (Concordia Verdadera) contaba entre sus más eminentes miembros con el naturalista Ignaz von Born, quien había apadrinado a Mozart en su ingreso en la masonería. Ya en su momento se comentó que el personaje de Sarastro de dicha ópera había sido modelado según la personalidad de von Born. Nacido en el distrito de Kapnis, en Transilvania, Ignaz von Born estudió geología y mineralogía en la universidad de Praga y visitó diversos distritos mineros europeos. Fruto de estos viajes es la correspondencia mantenida con su amigo J.J. Ferber, publicada en 1774 y posteriormente traducida al inglés por Rudolph Erich Raspe, creador del personaje literario Barón de Munchausen.   Von Born publ

Pelea a muerte

  Morgan se volvió en redondo, lo mismo que su compañero.   Johnny apretó el gatillo y la bala abrió un agujero en medio de la frente de Bertin,. Solo que al salir se llevó por delante la mitad de su cabeza.   La mano del pistolero, que se había cerrado sobre la culata del revólver, se abrió y Bertin pegó contra la pared y cayó.   Morgan volteó el brazo y el cuchillo zumbó al cortar el aire. Por un pelo no cortó también la garganta de Johnny, que se echó a un lado de un salto, pero le rozó lo suficiente para abrir un sangriento surco por el que empezó a manar sangre.   Disparó de nuevo y Morgan se dobló en dos, agarrándose la barriga con toda la angustia del mundo reflejándose en su mirada.   Johnny enseñó los dientes en una mueca. (Gordon Lumas, Los buitres de Colorado , Ediciones B, Oeste Legendario, 1999)

Traición

A veces la traición es el último refugio de los justos. (Matthieu Kasovitz en Amen. , 2002, de Costa-Gavras. Guion de Costa-Gavras y Jean-Claude Grumberg, basado en la obra de Rolf Hochhuth) 

Riquer

Hace algunos años compré, en una librería anticuaria, una carpeta con recortes de artículos de Martín de Riquer en la prensa de los años cuarenta del pasado siglo. Había un par de artículos de Destino, uno sobre "La primera entrada de Carlos VII en España" (al que acompañó su bisabuelo don Martín de Riquer y de Comelles) y otro de 22 de julio de 1939, en el que evocaba el primer aniversario de la batalla de Villalba, en la que había participado formando parte del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat. Los artículos más numerosos, sin embargo, habían sido publicados en el diario La Solidaridad Nacional de Barcelona , y pertenecían a una sección semanal titulada "Floresta de autores graves". En el primer artículo (de 24 de septiembre de 1946) señala que su proposito es "el de comentar, acotar o simplemnte dar noticia de los autores graves que vayan apareciendo; es decir: de las obras de carácter histórico, artístico o de crítica literaria, tanto

Literatura de ceño fruncido

En las novelas del siglo XVIII los personajes, tanto hombres como mujeres, suelen ser de lágrima fácil y los lloros a moco tendido, frecuentes (el pañuelo es aquí prenda imprescindible). En la novela decimonónica, en cambio, son los sofocos, vahídos y desmayos (que rápidamente se alivian gracias al socorrido frasco de las sales) los que abundan, sobre todo entre las protagonistas femeninas, sean damas o damiselas. También se ruborizan con facilidad y dan respingos y hacen mohínes. ¿Y en la novela del siglo XX, qué les pasa a los personajes? Pues pasa que casi todo el mundo, en un momento u otro, "frunce el ceño". Hay que ver la de veces que los personajes en las novelas contemporáneas arrugan el entrecejo. Eso si no les da por "enarcar las cejas". Total, que se pasan el tiempo haciendo visajes.    

Huída

  La agarró por los cabellos, y de un tirón la puso de pie, para, sin transición, empujarla hacia la puerta, contra la que se estrelló Isabella. Isabella, que se había soltado el cabello, que se había puesto hermosa, que se había convertido en una muijer excitante, para morir... y no de amor precisamente.   Para morir a manos del implacable Malcolm Shannon, el agente Octopus.   De todos modos, aún aturdida, Isabella quiso aferrarse a una posibilidad. Iría con Malcolm hasta la trampa del helicóptero... Sí, iría hasta allí, y...   Iba por el pasillo, empujada, zarandeada, se sentía humillada... Sus carnes a la vista, su cuerpo inútil contra aquel vendaval, contra el acero de aquel hombre... (Lou Carrigan, En mi góndola te espero , Ediciones B, Colección Punto Rojo, 1993)

Conrad en Oriente

Recientemente la nueva editorial La Línea del Horizonte ha publicado El Oriente de Joseph Conrad , del que es autor Salvador Sediles. El libro, muy bien ilustrado con imágenes de la época y -salvo  erratas en algunas de las fechas- de una excelente factura, narra los viajes de marino Jósef Korzeniowski por los puertos orientales, especialmente por el archipiélago malayo; y lo hace relacionándolos con los que más tarde serán los escenarios naturales de muchos de sus relatos y novelas. Era un libro que se echaba en falta en la bibliografía conradiana en español, y contiene una interesante y valiosa información. Hay, sin embargo, un dato que no me encaja. Dice el autor: "Seis semanas es el tiempo que pasa (Conrad) por primera vez en Singapur, tiempo que acaba en mayo de 1883 cuando encuentra la forma de volver a Inglaterra a bordo del vapor español León XIII al mando del capitán López y con destino a Liverpool." Es cierto que en mayo de 1883 Conrad decide regresar a Ingl

Un poema de Jeffers

Robinson Jeffers (1887-1962) A LOS PICAPEDREROS Vosotros, picapedreros que lucháis contra el tiempo con el mármol, Desafiadores del olvido de antemano derrotados Coméis cínicas ganancias, sabedores de que la roca se parte, las inscripciones se derrumban, Las letras romanas grabadas a escuadra Se descascarillan en los deshielos, se gastan con la lluvia. También el poeta Construye su monumento burlonamente; Pues el hombre será borrado, la alegre tierra morirá, el soberbio sol Morirá ciego y ennegrecido hasta el núcleo: Y, sin embargo, hay piedras que han permanecido mil años, y pensamientos afligidos Que han encontrado La miel de la paz en viejos poemas. (Robinson Jeffers, "To The Stone-cutters", en Tamar and Other Poems , 1924. Traducción: J. O. )  

Refugio

Tu y yo hemos sido felices; no hemos sido felices solo una vez, sino mil veces. Olvida el pasado, la parte que puedas de él, y da la vuelta y nada de regreso hacia mi, hacia tu casa, que será tu puerto para siempre jamás, aunque a veces pueda tener el aspecto de una cueva oscura iluminada por las antorchas de la furia; es el mejor refugio que tienes, gira suavemente sobre las aguas en las que navegas y regresa. (De la correspondencia de Francis Scott Fitzgerald a Zelda Fitzgerald, abril de 1934)

Una cápsula del tiempo

"Santa Eufemia.- Familia albergada en una barraca construída con materiales extraídos de las ruinas y de tan reducidas dimensiones, que ni siquiera puede contener el miserable mobiliario de sus moradores." (De una fotografía de Carlos Trampus. La Ilustración Artística , nº 1.416, 1909) Entresaco de un montón de viejos ejemplares de La Ilustración Artística un número al azar. El 1.416, de 15 de febrero de 1909. En la portada una reproducción de "El pan nuestro", óleo original de Luis Masriera. En páginas interiores: "La vida contemporánea", por la condesa de Pardo Bazán; "Ultimo amor", cuento de Pedro Pourrot (con dibujo de Mas y Fodevila); necrológica de "Cátulo Mendes": Una muerte trágica ha arrebatado a ese poeta ilustre, una de las más eminentes figuras de la literatura francesa contemporánea. En la madrugada del 8 de este mes fue hallado su cadáver, horriblemente destrozado, en el túnel de Saint Germain, en los alrededores d