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Mostrando entradas de junio, 2019

El crimen como experimento

-El crimen es un experimento -dijo lentamente-. El hombre que recurre al crimen lo hace porque se siente desesperado. Tiene que conseguir algo, pero no puede obtenerlo a causa de la existencia de otra persona; su vida corre peligro, o felicidad, y le parece que la eliminación de otra vida lo salvará. Casi siempre el crimen es el último recurso, y siempre es un experimento, porque es algo desconocido para el asesino, algo que nunca ha hecho antes, algo cuyo único resultado no es nada más que un deseo. En la vida humana, el crimen es uno de los hechos más importantes y complicados que pueden sucederle a una persona. Revela los más escondidos impulsos de la vida de un ser y es una profunda revelación de un carácter. Mucho más que cualquier otro acto, requiere un impulso enormemente fuerte, un subyugamiento de las resistencias, la conquista de multitud de inhibiciones y la creación de nuevos razonamientos. Para la sociedad el crimen es un horror; para el psicólogo es invaluable como me

Una lágrima sobre el mar

Starbuck con un mosquete frente a la cabina de Ahab.  (Ilustración de Anton Otto Fischer en Moby Dick , The John C. Winston Company, Phliladelphia, 1931). El capítulo 134 de Moby Dyck , titulado "La sinfonía", Ahab, en una clara mañana de un azul acerado, resuelto a no ceder en su incansable persecución de la ballena blanca y con los ojos "brillando como carbones en las cenizas de la ruina", pasa por un momento de duda. Cruza lentamente la cubierta desde su portillo, se asoma por la borda y observa cómo su sombra en el agua se hunde más y más ante su mirada cuanto más intenta penetrar en ella. Un viento suave acaricia su rostro nudoso y arrugado. Y es entonces cuando, debajo de su sombrero flexible, Ahab derrama una lágrima sobre el mar. Solo una. Y añade Melville: " Ningún sitio en todo el Pacífico contenía tanta riqueza como esa diminuta gota." Entra en escena Starbuck. Ahab le confiesa sus tribulaciones. Le habla de tantos años pasados en el mar

Bloomsday 2019

De izqda. a dcha.: Miguel Rojo, Ricardo Labra, José Luis Espina, Fernando Fonseca, Helios Pandiella, Francisco Alba, José Havel, Javier Lasheras, Ernesto Colsa, Rosa Cordero, Virginia Gil, Jorge Ordaz. (Restaurante La Corte de Pelayo, Oviedo, 19 de junio de 2019). Ayer, como había sido anunciado, se celebró en la Biblioteca Pública "Lorenzo Rodríguez Castellano" (La Granja) de Oviedo, una mesa redonda con motivo del Bloomsday, organizada por "El Círculo de la Calle Ulises". Terminado con éxito el acto, un grupo de asistentes nos fuimos a celebrarlo a un restaurante, como viene siendo tradición desde hace algunos años. 

Bloomsday

Aunque con cierta demora, nos proponemos celebrar el Bloomsday en Oviedo el próximo miércoles 19 de junio. Están ustedes invitados. 

Aceptación

"Hay que acostumbrarse a lo que uno es y olvidar lo que uno hubiera querido ser." (Melina Mercouri a Hardy Kruger en Los pianos mecánicos , de J. A. Bardem, 1965. Diálogos de Henri-François Rey). 

Previsión del tiempo

La previsión del tiempo ha sido una cuestión que ha preocupado desde siempre a los meteorólogos. Si hoy en día resulta aún problemática, a principios del siglo pasado tenía mucho de quimera. El presbítero Juan Miguel Orcolaga fue director del Observatorio Meteorológico de Igueldo, en San Sebastián, y en 1906 publicó en la Imprenta de la Provincia un opúsculo de 27 páginas titulado Consideraciones acerca de la meteorología dinámica, con algunas bases para la previsión del tiempo , en el que trató de poner un poco de razón y orden en tan aventurada faceta. "La Meteorología -dice el P. Orcolaga- como ciencia naciente, trae en fuerte desasosiego los ánimos de los que a ella se dedican. Todos sienten el vacío, y todos, más o menos, prorrumpen en quejas contra el estado actual de esta ciencia." Sin embargo, señala el meteorólogo vasco, hay algunos hombres que trabajan en perfeccionar los sistemas universalmente admitidos e intentan, dentro del actual sistema meteorológico ofic

Un poema de José M.ª Botas

LA CIUDAD Bajo el gris de poniente, hoy cruzo yo tus calles, donde mi vida acaba. Farolas que se encienden a mi paso... ya nuestra separación está cercana. Me voy para no verte más, y ahora comprendo, aunque tarde, que te amaba. Siempre te abandoné, aun sin saberlo, herido de nostalgias. Hoy, una lluvia fina y perezosa, empapa mi corazón, sin esperanza. ¡Oviedo!, ciudad siempre sutil, irónica y esquiva; cansado voy subiendo, tus empinadas cuestas... tu parque me sonríe... los cisnes me devuelven, mi antigua juventud y tu belleza. Y en los pequeños estanques de mis ojos, el agua se desborda, me acaricia, besando mis mejillas con tristeza. (José M.ª Botas, Solo palabras. Antología poética , Artes Gráficas Grossi, Oviedo, 1982).