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Mostrando entradas de septiembre, 2021

Dickens y el fantasma de Atenodoro

  Hace poco comentaba en este blog la alusión al diablo cojuelo en la novela La tienda de antigüedades de Charles Dickens. El azar, o lo que quiera que sea, ha permitido que en un libro recién leído también hubiera una referencia a una lectura Dickens de gran importancia en otra de sus obras. El libro en cuestión nada tiene que ver aparentemente con el universo dickensiano. Se titula Bajo la sombra del Vesubio. Vida de Plinio (Siruela, 2021), y su autora es Daisy Dunn. Se trata de una biografía -por cierto, muy recomendable- del escritor  y abogado Plinio el Joven; sobrino de Plinio el Viejo, que en el año 79 fue testigo de la famosa y destructiva erupción del Vesubio, en la que pereció.  En una de sus celebradas cartas, Plinio el Joven habla de un filósofo estoico llamado Atenodoro al que atormentaba en su casa el fantasma de un anciano con larga barba, grilletes en las piernas y cadenas en las manos. Es muy probable -sugiere Daisy Dunn- que Dickens se inspirase en la descripción que

Nubes que matan

  Jappson avivó la hoguera para calentarse el café que se había hecho la víspera. El café y un poco de tasajo serían su único alimento mientras permanciera todavía en territorio de la Unión.  Estaba frente al mortecino fuego, en cuclillas, aguardando que el café se calentara, cuando una sombra se proyectó a sus espaldas. Fue como si una pequeña nube hubiera cruzado por delante del sol. Pero no era ninguna nube.   (Larry Hutton, Patrulla de chacales . Editorial Astri, 2000).  

El sentido de escribir

                                                  Avelino Hernández Lucas (Valdegeña, Soria, 1944 - Selva, Mallorca, 2003)   Para esa existencia que quiero -que vivo- escribir es igual que respirar, igual que amar, que comer, que pasear, que conversar, que leer, que pensar, que reír, que jugar, que disfrutar la luna llena sobre la bahía, que saciarse del canto de los ruiseñores por mayo en la albufera, o del silencio de la noche, o del cine de Eisenstein o de la música de cámara de Dvorak... Una posibilidad en el vivir. Un placer asequible. Y, como tal, cada vez más, lo abordo: el escribir, como un hecho contingente y placentero; en función del día, en función del momento. Lejos, cada vez más lejos, de cualquier ambición, de cualquier pretensión trascendente, de cualquier voluntad de perduración, de cualquier sueño o propósito cuya consecución exija navegar en aguas que acarrean al ánimo desasosiego, desazón, inquietud o zozobra. (...). Tal es el sentido de mi escribir. (También por es

El gruñido de la bestia

  "Esta ciudad es como un animal salvaje encadenado. No se defiende enseguida, se agazapa y gruñe esperando la oportunidad de saltar sobre tí."   (Randolph Scott en La calle sin ley , 1955, de Joseph H. Lewis. Guion de Kenneth Gamet y Brad Ward).  

El cojuelo en Londres

  "Como el decurso de este cuento exige que nos familiaricemos de vez en cuando con ciertos detalles relacionados con la economía doméstica de Sampson Brass, y probablemete  no se presente otro lugar más idóneo que este, el narrador tomará al amistoso lector de la mano y, saltando con él por los aires, y surcándolos a una mayor velocidad con la que viajaron don Cleofás Leandro Pérez Zambullo y su familiar, aterrizará con él en la acera de Bevis Marks." Así empieza el capítulo 33 de La tienda de antigüedades (1841), de Charles Dickens. (Traducción de Bernardo Moreno Carrillo, Nocturna Ediciones, 2011). Es evidente que la mención a don Cleofás hace referencia al personaje del estudiante que aparece en El diablo Cojuelo , del escritor sevillano Luis Vélez de Guevara. La pregunta, sin embargo, es: ¿Leyó realmente el novelista inglés al escritor español?  Al poco de su publicación en 1641, El diablo cojuelo se hizo muy popular y se hicieron varias ediciones. Ahora bien, la fama