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Mostrando entradas de enero, 2021

Enormes galeras

  Lucio Séneca, en una epístola, reprehende a Lúculo, el Romano, de una curiosidad, o mejor liviandad, es a saber que hizo una galera cabe su casa del castillo del lobo, la cual era tan ancha que corrían dentro un toro bravo y, lo que más de espantar es, que ganaban los marineros infinito dinero porque diesen lugar de ver correr el toro. Dionisio Siracusano, como él y Foción fuesen mortales enemigos, y el Foción fuese más bienquisto que no él, hizo hacer una galera en la cual pudiesen morar él y su mujer y hijos y criados y servidores y muchos cortesanos sus amigos, en que eran por todos más de seis mil los que moraban en ella, con la cual de día se allegaba a la ribera y de noche se retiraba a alta mar. De Aureliano, el Emperador, cuentan sus cronistas que después  que triunfó la reina Cenobia, hizo hacer en el río Tíber una tal y tan grande galera que tomaba el río por lo más ancho y en el largo della había espacio para justar y carrera de caballos para correr. (Fray Antonio de Gueva

Lista

  De un tiempo a esta parte proliferan en los medios escritos listas de libros que, por una u otra razón, alguien decide que hay que leer. Listas del estilo de: "100 (o 500 o 1.000) libros para leer antes de morir"; "Obras maestras que no puedes dejar de leer"; "Clásicos imprescindibles en tiempos de pandemia", etc.  Es sabido que estas listas tienen el valor que cada uno le quiera dar, a pesar de que la mayoría no son sino abreviaturas o selecciones, más o menos establecidas, de la llamada literatura occidental. Previsibles, sin sorpresas. Además, una de sus características más repetidas es que traslucen los sesgos y los intereses de quienes las confeccionan.  A pesar de ello no me resisto a ofrecer también una lista de mi cosecha, tan subjetiva y prescindible como cualquier otra. Por ejemplo, esta:   10 NOVELAS PUBLICADAS ENTRE 1950 Y 1990 DE 10 ESCRITORAS Y ESCRITORES ASTURIANOS, FALLECIDOS Y ASAZ OLVIDADOS ; NOVELAS QUE NO SUELEN ESTAR EN EL CANON LITE

El misterio de los basaltos de Velillla: ¿Conclusión?

  En una entrada anterior intenté rastrear la procedencia de una bonita lámina incluída en mi manual de Ciencias naturales de 5º de Bachillerato (Edelvives, 1960), en la que se plasmaban las columnas de basalto en el río Velilla (Perú). Como se decía en el texto, dichas columnas eran "mundialmente célebres por su belleza". Sugerí, tras algunas averigüaciones, que su origen probablemente se encontrase en un grabado de Édouard Riou, inserto en el libro de varios autores La Tierra y sus habitantes (1878). En concreto en la relación del viaje a través de Sudamérica emprendido por el explorador Paul Marcoy. Cotejando el texto original francés con la traducción española pude comprobar que el toponímico estaba equivocado, y que no era Velilla sino Velille. En cualquier caso se partía de la base de que las columnatas del río Velille eran basálticas. Pero, surge otra duda: ¿y si los famosos basaltos de Velille no fueran basaltos?   Mi amigo y colega Lope Calleja me puso sobre avi

Museo Leveriano

  El Leverian Museum de Londres fue un conocido gabinete de historia natural, con colecciones etnográficas y curiosidades reunidas por Sir Ashton Lever. Incialmente se llamó Holophusikon y estaba abierto al público en la plaza de Leicester; pero una vez vendido en subasta en 1786 el museo pasó a tener su sede en la Rotonda de Blackfriars, junto al río Támesis. Es aquí donde Leandro Fernández de Moratín, hallándose en Londres en 1792, lo visitó previo pago de 12 rs. por la entrada. En sus Apuntaciones sueltas de Inglaterra (publicado por primera vez en Obras póstumas , Madrid, Rivadeneyra, 1867), Moratín cita algunos objetos curiosos exhibidos en el Museo Leveriano, tales como: cuernos de Amón petrificados, dos grandes trozos de columnas de basalto "traídos de Irlanda de la cueva llamada de los Gigantes" , un elefante "algo mayor que el de Madrid" , adornos e instrumentos "que recogió el célebre y desgraciado capitán Cook" , y un ejemplar de dragón "

Un poema de Ana Vega

    Este es el lugar exacto. El origen de esta luz que se enreda en mis brazos. El hueco que deja la tarde en la piel justo antes de anochecer. Esa sensación de frescura en la nuca con el viento en caricia suave. Apenas un gesto de levedad máxima al borde del abismo del presente. Esta quietud intacta que ahora intuyo y rescato al instante. Esta capacidad de ver tan claro.  (Ana Vega, Origine/Origen . Edición bilingüe español e italiano, Orizzonte Atlantico, 2020).

Razón para quedarse

  Howard Petrie: "¿Qué es lo que le retiene para estar demasiado tiempo en un mismo sitio?" Randolph Scott: "La especie humana".   ( El cazador de recompensas , 1954, de Andre de Toth. Guion de Winston Miller). 

El misterio de los basaltos de Velilla

El manual de Ciencias Naturales (Edelvives, 1960), correspondiente a quinto curso de Bachillerato que estudié en su día, es un grueso volumen de 512 páginas y lo forman 70 capítulos divididos en cuatro secciones (Geología, Biología general, Zoología y Botánica). El libro contiene profusión de dibujos y grabados en blanco y negro, así como unas pocas láminas en color. Entre ellas la que más me llamó la atención desde el principio fue una que llevaba por leyenda: "Columnas de basalto en el río Velilla (Perú)".      Se trata de un sugerente paisaje en el que se observa un apacible río cuyo cauce transcurre flanqueado por formidables columnatas hexagonales, encima de las cuales se asienta una tupida vegetación tropical. En el texto se hace alusión a estos basaltos en el apartado de "Rocas volcánicas": "Son mundialmente célebres, por su belleza, los del río Velilla (Perú)" .  Hace poco tuve ocasión de volver a hojear este libro y de admirar una vez más dicha l