"Como por una parte el ejercicio de mi profesión me obliga a viajar constantemente, y como por ende mis aficiones literararias me inducen a leer mucho, no he podido resistir la tentación de escribir mis múltiples impresiones..." Así se expresa el ingeniero de caminos, canales y puertos D. Eduardo de Elio y de Lavalle en A vuela pluma (relatos varios) , publicado por la Biblioteca Patria a primeros del siglo XX. El librito en cuestión consta de 18 esbozos o apuntes, en los que deja buena muestra de su afición a la geología y en particular a la paleontología. Así, al visitar la comarca gerundense de las Guilleries, da noticia del hallazgo de un ejemplar de Hemilidaris crenularis; en su recorrido por tierras de Teruel descubre en la gruta de las Baticambres un Heteraster oblongus; y en la sima de san Pedro, cerca de la localidad de Ariño, descubre con alborozo un fósil que "fue examinado y clasificado por el notable geólogo P. Navás, de la Compañía de Jesús, y le llamó mu