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Mostrando entradas de marzo, 2016

Aspern

Creo que la primera vez que se publica en España de forma individual una nouvelle de Henry James es Los papeles de Jeffrey Aspern , en la no tan lejana fecha de 1946. La publicó la barcelonesa Ediciones Lauro, en traducción de Juan Antonio Antequera, dentro de la colección "Los escritores de ahora" (aunque para entonces James llevara ya treinta años muerto). El libro, cuidado como toda la producción del sabio editor José Janés, lleva sobrecubierta del ilustrador Juan Palet y el diseño de la portada (a dos tintas) es de R. Giralt Miracle.Como se dice en la solapa: "Con la publicación de Los papeles de Jeffrey Aspern queda finalmente incorporado al repertorio editorial español uno de los escritores más importantes de lengua inglesa..." No es de extrañar la tardanza en publicar a Henry James en España, si tenemos en cuenta que lo mismo sucedió en otros países del ámbito eiropeo. En sus últimos años James tuvo que ver cómo los lectores se alejaban de él, sus libros

Sterling Hayden

Sterling Hayden (1916-1986) No creo que haya amante del cine que no reconozca la cara de este actor norteamericano, aunque no se acuerde de su nombre. Su rostro de duro bondadoso o perdedor melancólico quedó fijada en un buen puñado de películas de Hollywood de los años cuarenta y cincuenta, entre las que destacan títulos como Johnny Guitar , La jungla de asfalto o Atraco perfecto . Pero no es la actividad como actor de Sterling Hayden -de quien justo hoy se cumplen cien años de su nacimiento- lo que me impulsa a traerlo aquí, sino su menos conocida faceta de escritor. En 1960 tras una crisis personal y profesional Hayden decide escribir sobre su vida. Al cabo de tres años saldría a la venta Wanderer , su libro autobiográfico en el que, entre otras cosas, cuenta su infancia pobre en Maine, los años como patrón de barco, su participación en la II Guerra Mundial, su lucha por la justicia social y el breve paso por el Partido Comunista, su vida en Hollywood, los problemas con el C

Extraño movimiento de tierras

Sabía, por la bibliografía, del insólito suceso relatado en una carta de Gaspar de Ybarra al P. Arana en la Asturias del siglo XVII, pero nunca había tenido ocasión de consultarla. Gracias a mi amigo Evariso Álvarez Muñoz, bibliotecario de la Escuela de Minas de Oviedo, que la ha rescatado de entre los "papeles de jesuitas" depositados en la Real Academia de la Historia, he podido ahora leerla en su integridad. Se titula Relación de un casso raro, y portentosso, que succedio en el Principado de Asturias el mes de Marzo de 1644, no lejos de la ciudad de Obiedo. Fue certíssima, y hubo tantos testigos oculares, como personas tenia toda aquella comarca y vecindad . El hecho sucedió en el pueblo de Castañeda, en el concejo de Miranda, una noche cuando toda la gente del lugar "estaba recogida en sus pobres choças" . Entonces "començo a dar estallidos horrendos el monte arrojando de si un pedaço tan grande de la cima, y con tal violencia, que vino a caer con tal p

Piedra de serpiente

Tambien es celebrada la piedra de Serpiente, asi nombrada, y de la Asia trahida, por lo leve, y obscura conocida, con la qual en tu seno podrás seguro, y libre de veneno con manos licenciosas manejar las serpientes ponzoñosas. Esta piedra aplicada a la parte del cuerpo envenenada, todo el veneno quita, que en sí misma recibe; y le vomita, si con leche caliente, o con agua la labas prontamente. Y tambien es notable, que esta preciosa piedra es saludable en putridas heridas, cuyas materias chupa corrompidas, y a la larga se pega tenacisimamente, y solo llega la piedra a despegarse., quando la llaga está para cerrarse. (Santos Díez González, La casa de campo, poema castellano, traducido del latino, intitulado Praedium Rusticum del P. Vaniere , Madrid, 1785)  

Choque de civilizaciones

Así, según iban los expedicionarios caminando, les iba precediendo su fama de rapaces insaciables, sobre todo por su costumbre de exigir varones jóvenes para transportar sus cargas y muchachas con las que hacer el amor y a las que, cínicamente, hacían bautizar antes de acostarse con ellas. No es de extrañar, que al entrar Soto en Tascaloosa, otro importante poblado de la confederación muskogee, en lo que ahora es Alabama, el jefe, un indio gigantesco, lo recibiera fríamente, sin levantarse de una especie de trono formado por muchos cojines, en el que se hallaba sentado (...) Al pedirle el español 400 tamemes y 100 mujeres, le concedió allí mismo los tamemes, pero le indicó que las mujeres se las daría en otro de sus poblados llamado Mabila. Soto, con el cacique como rehén, partió hacia Mabila, llegó al poblado el 18 de octubre del año 1540 y entró allí junto al cacique, a pesar de que algunos de los suyos le habían advertido que se veía mucho movimiento de gente armada. Una vez en

Un poema de Ciardi

John Ciardi (1916-1986) BUENAS NOCHES Una ostra que se fue a dormir hace X millones de años, arropándose dentro de un fondo de arena, bostezó (por así decirlo), y despertó a una milla de altitud en el Gran Cañón del Colorado. Si no estoy aquí para el desayuno, hagan geología cuando ustedes quieran. (John Ciardi, The Complete Poems , 1997. Traducción: J.O.)

Ladridos de armas

        Bajó la cabeza y saltó hacia adelante, al mismo tiempo que desenfundaba su "Colt" con gesto inverosímil.  Ladraron las armas. El plomo zumbó por encima de él, que no cesaba de dar tumbos por el suelo. De súbito, trazó un arco completo con su cuerpo y quedó tendido, apoyado sobre los codos , empuñando los revólveres y accionando los gatillos.      En la cara de Hank se pintaron la irritación y la sorpresa. Alargó los brazos y su cuerpo perdió algo de su tensión. Las armas cayeron y rebotaron en el suelo. Los ojos de Porter se apagaron. Era un hombre corpulento... con el pecho destrozado. Olía a sangre, temblaba y se estremecía. Su rabia ante el fracaso le transformaba en una fiera revolviéndose en la agonía. Cayó de rodillas, se sentó sobre los talones de las botas, se tambaleó y se precipitó hacia atrás, quedando inverosímilmente doblado. (Ricky Dickinson, La senda del adiós . Exclusivas Ferma, 1961)        

La juventud y el mar

El joven Conrad.            Marlow se echó un trago.      "¡Ah! Los viejos buenos tiempos -los viejos buenos tiempos-. La juventud y el mar ¡El glamour y el mar! El bueno, enérgico mar, el salado, amargo mar, que podía susurrarle a uno y rugirle a uno y dejarle a uno sin respiración".      Volvió a beber.      "Los más maravilloso que existe es el mar, creo yo, el mismo mar  -o ¿es la juventud tan solo? ¿quién puede asegurarlo?-. Pero ustedes aquí; todos han sacado algo de la vida: dinero, amor -lo que quiera que se consiga en tierra- y, díganme, ¿no fue aquella la mejor época, aquel tiempo cuando éramos jóvenes navegando; jóvenes y sin nada, en el mar que no da nada, excepto duros golpes -y algunas veces una oportunidad para sentir el arrojo de uno -solo eso- lo que todos ustedes echan de menos?-".      Y todos asentimos con la cabeza: el empresario, el contable, el hombre de leyes, todos asentimos sentados alrededor de la lustrosa mesa que como una sába