El Curso de Historia Natural, Fisiología e Higiene (1883), del P. Ramón Martínez Vigil (1840-1904), de la orden de predicadores, catedrático de esta asignatura en la Real y Pontificia Universidad de Manila y que llegó a obispo de Oviedo, es un tratado curioso, escrito "según los principios de santo Tomás de Aquino". De acuedo con estos principios, la descripción de las especies zoológicas no va de los estadios más elementales de la vida a los más evolucionados, sino justo al revés: empieza con el hombre, el rey de la Creación, y termina en los animales más ínfimos, como los infusorios. Es claro que Martínez Vigil no era darwinista. Pues bien, estaba hojeando dicho manual cuando, en la página 89 me topo con la siguiente ilustración. ¿Pero qué es esto?, me pregunto. Rápidamente busco en el texto y allí me entero de que se trata de un roedor claviculado llamado zemni o rata topo , perteneciente a la especie Georichus typblus, el cual "mide diez y ocho pulgadas de lo