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Mostrando entradas de julio, 2021

Tomar decisiones

  Acababa de decirle a Ernesto que no hacía falta que me acompañase. Algo dentro de mí me sugería que no era buena idea. Y no siempre acierto con las cosas que me sugiero, pero tampoco podía comprobar qué habría ocurido de lo contrario, de haber dicho qie sí. Vivir es tomar decisiones. También erróneas. Generalmente "te acompaño" quiere decir: he superado la primera prueba de la yincana hacia la cama. Mi cama, en este caso. O puede que Ernesto no tuviera pretensiones de llegar más lejos del portal. Perdóname en ese caso. Ernesto, cariño, decía "generalmente", porque a tenor de mi experiencia acumulada con los tíos, es lo que suele ocurrir.  (Juanjo Barral, Mejor lo cuentan ellas . La Última Canana de Pancho Villa, 2021).

Gran Mundo

  Gran Mundo , que se definía como "Revista gráfica semanal de actualidad" , tuvo su mejor momento a mediados de los años cincuenta. Era un semanario de pequeño formato, de unas setenta páginas, y en la portada siempre aparecía el retrato pintado de una mujer ("Bellezas de hoy"). El ejemplar que tengo en en mis manos es el número 117, correspondiente al 14 de julio de 1956. La belleza de portada es Macarena Teba, por el pintor Clemente del Camino. El fundador y director de la revista era Agustín de Figueroa, marqués de San Floro. Costaba 7 pesetas.       De lo primero que surge en las páginas de Gran Mundo es el "Retablo semanal", elaborado por el caricaturista Vázquez de Sola. Luego hay artículos literarios (de César González Ruano, Rafael López de Haro, José Luis Coll...); un reportaje de Vicente A. Pineda sobre la actriz, cantante y escritora Tilda Thamar, llamada la "bomba rubia argentina", casada con el pintor catalán Alejo Vidal-Quadras;

Lo justo y lo práctico

  "La distancia que existe entre lo justo y lo práctico es una constante vergüenza para la humanidad. ¿No es aterrador?" (Jack Lemmon en La indómita y el millonario , 1959, de Richard Quine. Guion de Norman Katkov y Max Wilk). 

El hielo implacable de sus ojos

  Los griegos llamaban metanoia a esos cambios radicales que te llevan a los opuestos, el caso más célebre, ya lo sabes, es el de Saulo de Tarso camino de Damasco y su transformación en el insufrible Pablo. La metanoia más virulenta que conozco, como del rayo pero sin el rayo visible, es la de Berta conmigo. De un día para otro pasó de la reverencia al desprecio, del cariño incondicional al desapego, de la complacencia al cuestionamiento tácito de todas mis palabras y todos mis actos. Y no es que discutiera todas mis opiniones, mis argumentos la habrían acorralado en una disputa conceptual, ya te lo puedes suponer, es que le bastaba una pregunta seca para dejarme sin capacidad de reacción, qué ejemplo te pondría. Mira, había tenido yo que dar un rodeo para llegar a casa por culpa de las manifestaciones de los jovenzuelos con ganas de protagonismo y le comenté, como había hecho docenas de veces, la inutilidad de sus reclamaciones y la endeblez teórica de sus propuestas políticas y de

Más sobre los basaltos de Velilla

El manual de Historia Natural , publicado en 1943 por la Editorial Luis Vives, de Zaragoza, contiene de entrada algunas sorpresas. Lo primero que uno encuentra nada más abrir el libro es esto:     Una foto a toda página de una estatua ecuestre del Generalísimo Franco. Si pasamos página, ¿a quién nos encontramos?     Pues sí, al inseparable (en aquellos tiempos) José Antonio Primo de Rivera, más conocido por José Antonio a secas.  Y uno se pregunta qué tienen que ver estos dos personajes con un libro de Bachillerato de Historia Natural . Pues nada, pero toda ocasión era buena para recordar al sufrido alumnado quiénes habían promovido el Alzamiento Nacional y ganado la Guerra. (Habría que precisar, por otro lado, que todas las aulas de las escuelas e institutos de aquellos años exhibían también en la pared, encima de la pizarra, sendos retratos de los dos personajes, separados por un crucifijo.)       Pero volvamos a lo que nos interesa. ¿Y de los misteriosos basaltos en el río Velill

Nicomedes

  Según se cuenta en el libro Primicias del jardín celestial, o sea Vidas de niños santos (Barcelona, 3ª ed., 1906), coleccionadas por el sacerdote D. José Castells y Arbós, las venerandas reliquias del mártir san Nicomedes fueron halladas en el fondo de las Catacumbas de San Sixto, con un vaso que contenía su sangre y una lápida de mármol en la que se leía una inscripción griega, que traducida dice así: "EUTIQUES Y NICOMEDIA A SU DULCÍSMO HIJO NICOMEDES QUE VIVIÓ DIEZ AÑOS Y TRES MESES".  Añade el P. Castells que: "El sagrado cuerpo de este mártir fue regalado por el Papa Pío IX a D.ª Manuela Xiqués, viuda de Llopart, y cuya piadosa hija D.ª Mercedes Llopart, viuda de Sivatte, lo posee en su oratorio particular de Barcelona, donde colocado en riquísima urna, dignamente se le venera." Gracias al artículo de Jaume Aymar i Ragolta: "Francesos, afrancesats, carlins i comerciants: Els Sivatte-Vilar de Calonge", sabemos que a Mercedes Llopart de Sivatte el San

Anna Karenina da su opinión a Jane Eyre sobre Emma Bovary

           Querida Jane:         (...) el libro de ese escritor francés, Flaubert, me ha provocado una congestión nerviosa. Desde que leí la primera página, no pude dejarlo hasta el final. Aquella noche, cuando terminé la lectura, los malos pensamientos me impidieron conciliar el sueño. Creo que el escritor conoce muy a fondo el corazón de las mujeres, en este caso, de una mujer que busca saciar su sed de amor. ¡Qué final más horrible! Me veía reflejada en Emma Bovary. La estrechez de su vida doméstica la ahogaba, el amor era la única medicina que podía calmar su asfixia. Sin embargo, el escritor ha sido muy severo y egoísta, ha escrito la novela con el ánimo de acallar a mujeres como yo. Di mil vueltas en la cama, me veía a mí misma con un frasco de veneno en las manos, a punto de perpetrar mi muerte. ¿Es posible que una mujer, despreciada por su amante, elija el suicidio antes que regresar al hogar familiar e implorar el perdón del marido? La respuesta es sí, por desgracia. Creo que,

El potro fogoso de la pasión

  Bárbara se acercó ondulante. Y sus mórbidos brazos desnudos enlazaron el robusto cuerpo de Burt. Los ojos negros, apenas velados por las sedosas pestañas curvadas, prometían amor. -Para siempre, Burt... -musitó vehemente. El sugerente perfume francés envolvía a Burt en cálidos eflujos que tejían una red sutil. Y él, que conocía todos los recursos de aquella redomada coqueta, no supo ahora eludir el beso.   Estaba enardecido por la tensión reciente. ¡Pero no podía claudicar! Por eso la soltó lentamente, domeñando el potro fogoso de la pasión.   (Ernie Parker, La muerte llega a Dodge City . Bruguera, 1974).  

La muerte y los buenos

  Alcalde: "Creía que estabas muerto". Pistolero: "Los buenos mueren antes".  ( El sheriff de Oracle , 1956, de Roger Corman. Guion de Charles B. Griffith y Mark Hanna).