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Mostrando entradas de marzo, 2010

Edafología literaria

Foto de Norman Mailer que ilustra la cubierta de la primera edición de Advertisements for Myself (Putnam, NY, 1959) "El suelo de los Estados Unidos es cruel con el talento. Lo achaparra, lo apesta, lo desarraiga, o lo sobrecalienta con fertilizante barato. Y nuestros jardineros literarios, nuestros editores, correctores, reseñadores y cagatintas en general, son borrachos, cobardes, gentes respetables, costureros de la prosa, diseñadores de modas, solteronas, personajes serviles y rufianes a tiempo parcial en Madison Avenue. El público no es mucho mejor: parece consistir en nueve partes de las víctimas tensas y sin gusto de una cultura de medios masivos, incapaces de encarar un libro a menos que tenga éxito. La otra parte, ese lector culto entre diez, con educación, afán literario, una biblioteca y una serie de prejuicios adquiridos, es peor, pues carece de la capacidad de leer una novela por propia iniciativa. Su opinión depende del indolente y culturalmente interesado gusto de la

Cobardes

"No hay cobardes, solo diferentes grados de miedo." (Forrest Tucker en Fort Massacre , de Joseph M. Newman, 1958. Guión de Martin G. Goldsmith)

Hugh Miller

Hugh Miller (1802-1856) La primera vez que supe de Hugh Miller fue leyendo el libro ¡Ayúdate! ( Self-Help , 1859) de Samuel Smiles, en el que muestra al lector una serie de personajes que, a base de tesón y afán de superación, alcanzaron la eminencia en diversas profesiones. Hugh Miller era uno de ellos. De él decía Smiles: "Donde otros hombres no veían cosa alguna, descubría él analogía, diferencias y particularidades, que eran para él otros tantos motivos de reflexión. Tenía sencillamente despiertos sus ojos y su espíritu; era sobrio, diligente y perseverante, y ése fue el secreto de su crecimiento intelectual." De orígenes muy humildes y formación autodidacta el escocés Hugh Miller llegó a convertirse en un geólogo y filósofo, de hondas convicciones religiosas, muy apreciado por la sociedad victoriana. Miller tuvo un adolescencia problemática, formando parte de una banda de ladronzuelos. Luego trabajó de aprendiz de picapedrero en varias canteras de Escocia y allí comenzó

Camellos en Aranjuez

Llegada del embajador marroquí a San Ildefonso en 1766 Grabado de Antonio González Velázquez (En: "Exóticos pero útiles: los camellos reales de Aranjuez durante el siglo XVIII", de Carlos Gómez-Centurión Jiménez, Cuadernos Dieciochistas , Vol. 9, 2008) En la Descripción histórica de Aranjuez (1804), de Juan Antonio Álvarez de Quindós, se menciona la presencia en aquel real sitio, durante el reinado de Carlos III, de una ménagerie formada, entre otros animales, por cíbolas, cebras, elefantes, carneros de Tafilete, guanacos de Chile, camellos y dromedarios. Camellos reales los había habido en España desde el siglo XVI. A finales del siglo XVII se supone que el número de estos ungulados debió de alcanzar los doscientos ejemplares repartidos por diferentes sitios. Según cuenta Gómez-Centurión, eran utilizados sobre todo en tareas de carga, pues podían aguantar hasta quinientos kilos encima y recorrer cuarenta o más kilómetros en una jornada. Además, necesitaban poco alimento:

Un poema de Wolfe

La Galería (1928), de Feliu Elias (MNAC, Barcelona) LA ESTASIS Mirar por la ventana. Fumar un cigarrillo. Leer algún que otro poema. Reflexionar sobre el sentido -inexistente- de las cosas. Y de vez en cuando constatarlo todo en un papel que el viento haga rodar una vez más por las calles vacías del pasado. (Este poema se halla incluido en el libro de Roger Wolfe Afuera canta un mirlo , Huacanamo, Barcelona, 2009)

Biblioteca catalana

El pasado jueves asistí en Grado al acto de presentación de la Biblioteca Poética Catalana, una iniciativa de la Fundación Aula de las Metáforas en colaboración con la Fundación Ramon Llull. El acuerdo supone la presencia en la localidad asturiana de un conjunto de unos 500 libros de poesía catalana, lo que constituye la mayor biblioteca de ámbito público de estas caracterísiticas fuera del territorio catalán. Y si ello ha sido posible es gracias, sobre todo, al empuje y buen hacer de Fernando Beltrán, poeta y presidente de la Fundación Aula de las Metáforas. Por lo tanto: Gràcies i endavant!

Delibes

Ha muerto el cazador que escribía. ¿Qué puedo decir que no se haya dicho ya? Fue un gran narrador y un maestro del lenguaje castellano: dos cualidades que no siempre van unidas en un escritor. En él, sí. Y yo, como lector, se lo agradezco.

Terremotos: Chile

Grabado de la ciudad de Concepción (Chile) tras el terremoto de 1835 ( Encyclopedia Britannica ) El 13 de mayo de 1647 un potente terremoto se dejó sentir en Santiago de Chile. Hubo miles de víctimas y la destrucción fue casi completa. Solo una iglesia se mantuvo en pie. El obispo, fray Gaspar de Villarroel, les dijo a los supervivientes que no debían ver en aquella catástrofe un signo de la ira de Dios, sino una prueba que el Altísimo enviaba a los creyentes para fortalecerles en su fe. Desde entonces ha habido en Chile muchas más pruebas de este tipo. En 1807 el escritor romántico alemán Heinrich von Kleist (1777-1811) dio a la luz un cuento titulado "El terremoto de Chile" que empieza un día de 1647 en que el protagonista, un español llamado Jerónimo Rugera, atado a una pilastra en la prisión de Santiago, listo para ser ejecutado. Justo entonces todo a su alrededor comienza a temblar y él se ve de repente liberado. El 20 de febrero de 1835 el joven Charles Darwin, que via

Caldwell

Erskine Caldwell (1903-1987) Hubo un tiempo en que el nombre de Erskine Caldwell era un fijo a la hora de enumerar los mejores narradores norteamericanos. Su popularidad llegó a ser extraordinaria. Hacia 1940 se habían vendido de sus obras -entre las que se encontraban resonantes éxitos como El camino del tabaco y La parcela de Dios -, más de 18 millones de ejemplares. En cierta ocasión William Faulkner le incluyó entre los cinco mejores escritores de su tiempo, junto con él mismo, Thomas Wolfe, Ernest Hemingway y John Dos Passos. Hacia el final de su vida había escrito veinticinco novelas, unos ciento cincuenta relatos y doce volúmenes de "no ficción". Su obra estaba traducida a cuarenta idiomas. Cuando cumplió ochenta años recibió numerosas muestras de felicitación de colegas: John Updike, Wallace Stegner, William Styron, Richard Wilbur, Robert Penn Warren, Saul Belllow... Este último ya había sugerido que el escritor sureño merecía el premio Nobel. Sin embargo, por esta

Hierro cósmico

Una estampa del meteorito de Tucson (De Rocks from Space , 1994, de O. Richard Norton) Al final del capítulo XVI de Meridiano de sangre , de Cormac McCarthy, el grupo de Glanton pasa por el presidio de Tucson y se detiene en una herrería. El herrador era "un hombre menudo y recio de nombre Pacheco y tenía por yunque un enorme meteorito de hierro en forma de muela grande..." Aquí no inventa McCarthy. Hubo en realidad un meteorito que fue usado como yunque en la herrería del antiguo destacamento mexicano de Tucson. No se sabe quién descubrió este hierro cósmico, de una inusual forma en anillo, ni cuándo se le dio este uso. Hay quien dice que fue encontrado en un cañón llamado Puerto de los Muchachos en las Montañas de Santa Rita, cerca de la actual ciudad de Tubac. Permaneció en el presidio muchos años al servicio de las caballerías del ejército mexicano, hasta la Compra de Gadsden de 1853. El siderito de Tucson es muy rico en níquel e iridio y está clasificado como una ataxita

McCarthy

Cormac McCarthy El uso de la terminología geológica en la grandiosa, violenta y espeluznante novela Meridiano de sangre (1985), del estadounidense Cormac McCarthy, es un ejemplo magistral en la ficción contemporánea. Uno de los personajes principales, el imponente vesánico juez Holden, guía espiritual de grupo de mercenarios de Glanton, sabe de geología y minerales, y también de fósiles, y en un momento dado encuentra nitro en una cueva y azufre en el cráter de un volcán extinguido con los que hace pólvora. Pero es en las soberbias descripciones del seco paisaje en torno a la frontera mexicana, lugar donde transcurren las sangrientas correrías del grupo, donde McCarthy saca el máximo partido al léxico geológico. He aquí algunos ejemplos: "Atravesaron regiones de piedra multicolor solevantada en tajos mellados y capas horizontales de roca trapeana alzadas en fallas y anticlinales curvados sobre sí mismos... Al despuntar el día escalaron entre esquistos y roca volcánica bajo la par

Nuestro hombre en Egipto

Caricatura de José de Castro y Serrano (1829-1896) de Ángel Pons en Blanco y Negro Con motivo de la inauguración del canal de Suez, fueron saliendo en La Época una serie de crónicas realizadas por un anónimo enviado especial a Egipto. A lo largo de varias jornadas de noviembre de 1869 los lectores del periódico madrileño pudieron deleitarse con coloristas y vívidas descripciones de los actos preparativos de la apertura del canal, así como con reflexiones acerca del país y de la colosal obra proyectada por Lesseps. Así, el cronista visita a Ismail-Pachá en Port-Said, frecuenta los bazares, las mezquitas y los aduares de los fellahs a orillas del Nilo , asiste al Te Deum en acción de gracias por el feliz finalización de las obras, discurre sobre el trazado del canal, contempla una revista de tropas en El Cairo, es convidado a un baile egipcio, come con un ministro del Khedive, diserta sobre los resultados de la roturación del Istmo y, después de presenciar una boda arábiga, asciende a