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Mostrando entradas de abril, 2020

Un poema de Williams

William Carlos Williams (1883-1963) CAMINO HACIA EL HOSPITAL DE INFECCIOSOS Camino hacia el hospital de infecciosos bajo la oleada de azules y abigarradas nubes empujadas desde el noreste: un viento frío. Más allá el yermo de amplios, pantanosos campos pardos de secas malezas, erguidos y caídos parches de agua estancada, entre árboles dispersos. A lo largo de todo el camino, el rojo purpúreo, bifurcado, vertical, ramoso conjunto de matas y pequeños árboles con pardas hojas muertas, y bajo éstas, deshojadas parras - Exánime en apariencia, indolente, aturdida, la primavera se aproxima - Entran desnudas al nuevo mundo, frías, inseguras de todo salvo que entran. A su alrededor el frío, familiar viento - Hoy la hierba, mañana el firme rizo de la hoja de biznaga. Uno a uno se perfilan los objetos - Se apresuran: claridad, contorno de la hoja. Mas ahora la severa dignidad de la entrada - apacible, el profundo cambio ha llegado hasta ellas, enraizadas s

Viaje sin salir de casa

Xavier de Maistre (1763-1852) He emprendido y ejecutado un viaje de cuarenta y dos días alrededor de mi habitación. Las interesantes observaciones que he hecho, y el placer continuo que he experimentado a lo largo del camino, me impulsaban a hacerlo público; la certeza de ser útil me ha decidido a ello. Mi corazón experimenta una satisfacción inefable cuando pienso en el número infinito de malhadados a los que ofrezco un recurso asegurado contra el aburrimiento y un alivio a los males que soportan. El placer que uno siente viajando por su habitación está libre de la envidia inquieta de los hombres; es independiente de la fortuna. ¿Existe, en efecto, un ser lo bastante desgraciado, lo bastante abandonado para no poseer un cuartucho donde retirarse y esconderse de todo el mundo? He aquí todos los aprestos del viaje. (Xavier de Maistre, Viaje alrededor de mi habitación . Editorial Funambulista, 2007. Traducción de Puerto Anadón). 

Día del libro

Ignacio Agustí, Mariona Rebull . Ediciones Destino, Barcelona, 3ª ed., enero de 1945. Un libro. Una lectora. Una fecha. Un recuerdo.

Geología y salud

Las rocas y los minerales constituyen los bloques de construcción básicos del planeta y contienen la mayoría de los elementos químicos conocidos (...). Algunos de estos elementos, en las dosis adecuadas, son esenciales para la salud de las plantas, los animales y las personas. Los medios por los que los seres vivos adquieren estos elementos son el aire, el agua y el suelo. La composición de estas matrices tiene su base en la composición química de las rocas. Porque las rocas, a través de los procesos de meteorización, se descomponen para formar los suelos en los que se cultivan los vegetales y se desarrollan y viven los animales. El agua subterránea viaja a través de los suelos, sedimentos y rocas como parte del ciclo hidrológico y gran parte del polvo y gases contenidos en la atmósfera son de origen natural. Por lo tanto, a través de la cadena alimentaria y mediante la inhalación de polvos y gases atmosféricos, la ingesta de alimentos y de agua, nuestra salud está directamente rel

Leer en tiempo de coronavirus

Desde que empezaron las medidas de confinamiento a causa del COVID-19, han aparecido en los medios de comunicación y redes sociales gran número de recomendaciones de libros para entretener las largas horas de reclusión forzosa. Por lo general estas listas recogen, con criterios subjetivos como no podía ser menos, desde novedades editoriales hasta los clásicos de toda la vida. No obstante, en casi ninguna de estas listas faltan libros que tienen que ver directamente con una epidemia. Por ejemplo, La peste de Albert Camus o Diario del año de la plaga de Daniel Defoe se han convertido en inesperados best-sellers a escala mundial. Se supone que estos libros nos pueden ayudar a entender mejor la crisis sanitaria que estamos padeciendo. No lo pongo en duda. Pero si de lo que se trata es que su lectura nos evada por unos momentos de la triste y cruda realidad que nos rodea, entonces no creo que sean los más indicados. De todos modos, lo importante no es qué leer sino el acto mismo de leer

Una ardiente fiebre en una fría melancolía

John Donne (1572-1631) ¡Oh multiplicada calamidad!; morimos en  este tormento de la enfermedad; estamos atormentados por la enfermedad, y no podemos aguardar hasta que el tormento llegue, sino que las previas aprensiones y presagios profetizan esos tormentos que causan la muerte antes de que ésta llegue; y nuestra disolución es concebida por esos primeros cambios, la primera señal de la enfermedad en sí misma, y nace en la muerte, que ya asoma en esos primeros cambios. ¿Es ese el honor que le toca al hombre por ser un pequeño mundo, que tiene en sí estos terremotos, súbitos temblores; estos rayos, súbitos relámpagos; estos truenos, súbitos ruidos; estos eclipses, súbitas ofuscaciones y oscurecimientos de sus sentidos; estos cometas, súbitas exhalaciones ardientes; estos ríos de sangre, súbitas aguas rojas? Él es, por tanto, un mundo solamente para sí mismo, tiene lo suficiente en sí mismo, no sólo para destruirse, y matarse, sino para vaticinar esa ejecución de sí mismo; para asis

Bahí, un pionero del confinamiento

Juan Francisco Bahí y Fonseca (1775-1841) fue un médico, botánico y agrónomo catalán, nacido en Blanes (Girona), que durante la epidemia de fiebre amarilla que padeció Barcelona en 1821 defendió, en contra de la opinión de muchos de sus colegas, la teoría del contagio. Con el fin de impedir la expansión de la epidemia Bahí, que era miembro de la Junta de Sanidad, propugnó la instalación de hospitales y casas de socorro, la incomunicación de los enfermos infectados y el aislamiento del puerto y de la Barceloneta, el populoso barrio donde se había registrado el primer brote. La medida fue tan polémica y discutida que desencadenó una revuelta popular que casi le cuesta la vida a Bahí. En medio del desprecio y de todo tipo de burlas (llegó a ser quemado en efigie), tuvo que refugiarse en el Jardín Botánico primero, y luego huir a uña de caballo hasta Tiana, lugar donde esperó frustrado y angustiado el fin de la epidemia. Saco la siguiente información del Diccionario de escritores y ar