En la última entrevista concedida, vía teléfono, por J. D. Salinger a The New York Times dijo, entre otras cosas: "Hay una paz maravillosa en no publicar. Es pacífico. Tranquilo. Publicar es una terrible invasión de mi vida privada. Me gusta escribir. Amo escribir. Pero escribo sólo para mi mismo y para mi propio placer." A muchos también nos gustaría poder decir esto. Él lo hizo después de haber publicado una novela imperecedera como es El guardián entre el centeno y un puñado de relatos cortos que son pequeñas obras maestras. Su lugar en el olimpo de la literatura ya estaba ganado, y bien ganado.