Francisco Manzanares DESALUNÁNDOTENOS En el silencio solo tan solo, el gran silencio de miles de kilómetros de ausencia Vivirte. Amarte. Silencio. Solo suena el silencio y en él el eco de un amor crucificado, de nuestro amor Ausencia... el mar guerrífico que se alarga ausentándonos azules. El mar enántico que nos divide en cuatro o en ninguno. El mar fueriterráneo que se ausenta de muerte y nos diluye. El mar surfíndico tableteante de Félixes rebullentes. Océasis de luz en años y en minutos que nos alunan, asolan y desolan. La estrella de una espuma clavicordial, meteórica de disonancias tristes. El mundo enmierdecido que me ahorca el tobillo colgándome del palo de mesana. Y de nuevo el silencio. Amarte, solo amarte. Filtrar en coladores de recuerdos el zumo de una noche de gaviotas mientras