Creo que la estrechez en el arte de Flaubert proviene de la ansiedad de ese apego hacia sí mismo, alguien que adoptó la máscara del sacrificio por su arte y que se revela orgulloso de sus preciosas ideas universales (de las que está tan orgulloso que le reprocha a Balzac no tenerlas), las mismas que ahora con frecuencia lo hacen aparecer ante nuestros ojos como un hermano de Bouvard y Pécuchet, apenas menos tonto. También esa estrechez proviene de la dureza con la que rechaza el amor de Louise Colet para proteger su soledad de soltero que vive con su anciana madre, de la cerrazón que lo lleva a preferir siempre la búsqueda de esa "palabra justa" que tanto nos exaspera de su prosa; de esa idolatría por las Letras que termina siendo, incluso para sus devotos, un rechazo a la generosidad de la Vida. Cuán contraria la magnificencia de Balzac el hombre, esa calidad que engrandece su obra hasta las estrellas y le otorga su resonancia épica, más allá de lo ridículo, de l