En la película Con todos los honores (Todd Robinson, 2019), el personaje interpretado por Samuel L. Jackson dice: "El suicidio no tiene futuro". Puede que sea así en términos generales, pero no tanto en el campo de la literatura. Desde antiguo los escritores que optaron por quitarse la vida han adquirido una cierta aura o plus de reconocimiento que los hace más singulares y relativamente perdurables. Incluso para algunos de ellos ha supuesto, al margen de su valía literaria, un pasoporte a la posteridad. En cambio las muertes por causas naturales se consideran irrelevantes por ser las más comunes. Hay libros que reúnen biografías de escritores suicidas, pero no conozco ninguno que agrupe, por ejemplo, a los escritores muertos por infarto de miocardio. El suicidio es siempre excepcional y conlleva un inevitable halo de fatalidad. En consecuencia, los escritores y escritoras suicidas han ejercido, sin ellos pretenderlo, una especie de fascinación morbosa, al menos en algunos l
Anita Brookner (1928-2016) Entonces no sabía que no era necesario casarse con todos los hombres de los que una se enamora. Ahora lo sé. Ahora comprendo que el matrimonio es una tentación para una mujer, pero que una puede, y quizá deba, resistirse. Yo tendría que haberme resistido, o mejor dicho haberme resistido entonces y haber dejado la ocasión para más tarde. Pero una entrega fácilmente el corazón cuando es joven, y además quiere todos los accesorios del matrimonio: la emoción, la seguridad y la promesa de una vida nueva. Y es muy triste prescindir de esas cosas. Ahora he cambiado de opinión. Claro que las mujeres mayores son más valientes que las jóvenes. No tienen más remedio que serlo. (Anita Brookner, Vidas breves . Libros del Asteroide, 2020).