Dickens y el fantasma de Atenodoro

 


Hace poco comentaba en este blog la alusión al diablo cojuelo en la novela La tienda de antigüedades de Charles Dickens. El azar, o lo que quiera que sea, ha permitido que en un libro recién leído también hubiera una referencia a una lectura Dickens de gran importancia en otra de sus obras. El libro en cuestión nada tiene que ver aparentemente con el universo dickensiano. Se titula Bajo la sombra del Vesubio. Vida de Plinio (Siruela, 2021), y su autora es Daisy Dunn. Se trata de una biografía -por cierto, muy recomendable- del escritor  y abogado Plinio el Joven; sobrino de Plinio el Viejo, que en el año 79 fue testigo de la famosa y destructiva erupción del Vesubio, en la que pereció. 

En una de sus celebradas cartas, Plinio el Joven habla de un filósofo estoico llamado Atenodoro al que atormentaba en su casa el fantasma de un anciano con larga barba, grilletes en las piernas y cadenas en las manos. Es muy probable -sugiere Daisy Dunn- que Dickens se inspirase en la descripción que hace Plinio de este lúgubre fantasma para componer el espíritu de Jacob Marley en su célebre Canción de Navidad (1843): "Como Atenodoro, Scrooge es atormentado por el ruidoso fantasma de un hombre cargado de cadenas en mitad de la noche. Como Atenodoro, intenta evitar su mirada."


Además, señala Dunn que, "en la biblioteca de Dickens de Gladshill Place, su casa de campo en Kent, había un ejemplar de un libro que contenía una traducción de la historia de fantasmas de Plinio. Titulado La filosofía del misterio, el volumen trataba de la fe y el escepticismo, las apariciones y los sueños, y había sido escrito por un cirujano llamado W. C. Dendy dos años antes que la Canción de Navidad." ¿Prueba o coincidencia?

  

Comentarios

(2)
  1. "holy"ver twist & shout1/10/21, 20:07

    Aunque todo parece apuntar en la dirección de la teoría "co-inspirativa" yo abogo por una feliz y saludable coincidencia fruto del rico imaginario dickensiano apoyándome en la muy diferente caracterización de los personajes en litigio (Scrooge, Marley/Atenodoro, fantasma barbudo) y la muy personal visión transformadora de Dickens que se manifiesta en el cambio que tiene lugar en el propio Scrooge.

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  2. A estas alturas de la literatura, poco se inventa y mucho se recicla. La imagen del anciano fantasma de Atenodoro podría ser también la imagen del abate Faria en "El conde de Montecristo".

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