La Odisea (I)
Creo que fue mientras cursaba el preuniversitario cuando me impuse el deber de leer La Odisea. Una vez cumplido el compromiso no volví a lerla. Hasta este verano.
Tenía el (falso) recuerdo de que se trataba de una historia lineal. Pero no. La estructura de la Odisea es más compleja de lo que pensaba, empieza in medias res y abundan los flashbacks. Para mí la parte más interesante es la última, cuando Odiseo regresa a Ítaca con sed de venganza. De aquí al final la tensión va en aumento y el lector espera ansioso el momento en que el héroe de la historia tenga que enfrentarse a los más de cien pretendientes que han estado aprovechándose de su ausencia, invadiendo su casa, esquilmando la hacienda y acosando a su esposa Penélope. Y no tiene compasión. Las escenas de la matanza son extremadamente violentas y sangrientas, de película gore. La muerte de Melanto, por ejemplo: le cortan las manos, los pies, la nariz y las orejas y luego le arrancan los genitales y se los entregan a los perros "para que se los coman crudos". Remarca Homero: "Se sentían unos gemidos escalofriantes de las cabezas magulladas, y de todo el suelo salía humo de la sangre que había." ¡Qué carnicería! A su lado Tarantino es Heidi.
Ahora, si tuviera que elegir un pasaje de todo el libro elegiría el canto XIX, y en concreto los versos 375 a 475, correspondientes al reconocimiento de Odiseo por su nodriza Euriclea. Aquí Homero -o quien fuese el autor de La Odisea- se muestra como un verdadero maestro de la narración. En su casa de Ítaca la anciana nodriza le esta lavando los pies a Odiseo. Este se ha disfrazado de mendigo para que no le reconozcan (solo se ha dado cuenta de quién su fiel perro Argos, magnífico detalle). De repente la anciana nodriza se percata de la cicatriz que se hizo Odiseo cuando era pequeño, y por este rasgo le identifica. El lector está pendiente de si Euriclea le dirá o no a Odieso que le ha reconocido y cómo responderá a esto Odiseo, pero Homero -o quien fuese el autor- suspende hábilmente la narración en este preciso momento y se dedica a contarnos con todo detalle cómo se hizo el héroe la herida y en qué circunstancias. A esto se le llama tener al lector -o en su día al oyente- bien agarrado para que no suelte la historia que se le está contando.
Leí una versión juvenil, magnificamente ilustrada, el verano que cumplí diez años. Desde entonces no he vuelto a ella, la recuerdo como un relato emocionante que me acompañó durante las vacaciones. Y ese episodio que explicas me quedó grabado, como el paso entre Escila y Caribdis.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues sí, es un relato poderoso del que siempre queda en la memoria algún episodio.
ResponderEliminarYo solo le he echado un vistazo. Me gusta más cuando me lo cuentan, pongo más atención porque me dan detalles y creo que leyéndolo me aburriría.
ResponderEliminar¿Ves?, tú le das esa chispa para que la lectura resulte mejor.
Creo que no soy buena lectora.
Pues yo sí creo que eres una buena lectora. Ser un buen lector no significa leer mucho ni leerlo todo. Basta con saber escoger bien.
ResponderEliminarBueno, voy un poco retrasada en muchas cosas. No he leído a los grandes, a los clásicos... he leído un poco de todo, pero es verdad que me inclino por buena lectura como dices.
ResponderEliminarRepetí tercero y séptimo de la EGB por motivos que aquí no puedo exponer. No acabé la enseñanza básica, con los años estudié auxiliar de administrativo y después monitora de educación especial. Pero no dejaba de leer libros que me iban dejando y algunos que yo buscaba. Escribía desde muy pequeña cartas a mi tío que trabajaba en Francia y de ahí mi pequeña inclinación por escribir. En esas cartas inventaba de todo...
Nunca he ido a una universidad y no tengo ni idea de muchas cosas que son básicas.
En fin, la vida...
Piensa que hay personas, que tienen muchos estudios, pero que a la hora de leer son unos verdaderos analfabetos. La lectura cubre ámbitos del ser humano que los estudios no pueden llenar, y lo mejoran.
ResponderEliminar.Lo pienso y lo veo Jorge.
ResponderEliminarPor eso vengo a tu blog a leerte a diario, porque eres de los escritores más humilde que he conocido en la red. Y además, de los mejores. Hay muy pocos.
Serías un buen profesor para mí.
Gracias y saludos.
Gracias a ti, L.N.J.
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