Conte

Ha muerto Rafael Conte. Al igual que otros muchos empecé a leerle en el suplemento de libros de El País. Tenía, como es propio, sus filias y sus fobias, y una especial predilección por la literatura francesa. Siempre me dio la impresión de que disfrutaba siendo crítico literario; de que, a diferencia de otros, le bastaba con ser crítico y solo crítico.
En 1989 coordinó un libro titulado Una cultura portátil. Cultura y sociedad en la España de hoy, reservándose el capítulo dedicado a la "La novela actual en España", en el que tuvo la deferencia de mencionarme. Años después le vi en una Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de Madrid, concretamente en la caseta de la librería Renacimiento, pero no me atreví a decirle nada. Descanse en paz.

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