Una ardiente fiebre en una fría melancolía

John Donne (1572-1631)

¡Oh multiplicada calamidad!; morimos en  este tormento de la enfermedad; estamos atormentados por la enfermedad, y no podemos aguardar hasta que el tormento llegue, sino que las previas aprensiones y presagios profetizan esos tormentos que causan la muerte antes de que ésta llegue; y nuestra disolución es concebida por esos primeros cambios, la primera señal de la enfermedad en sí misma, y nace en la muerte, que ya asoma en esos primeros cambios. ¿Es ese el honor que le toca al hombre por ser un pequeño mundo, que tiene en sí estos terremotos, súbitos temblores; estos rayos, súbitos relámpagos; estos truenos, súbitos ruidos; estos eclipses, súbitas ofuscaciones y oscurecimientos de sus sentidos; estos cometas, súbitas exhalaciones ardientes; estos ríos de sangre, súbitas aguas rojas? Él es, por tanto, un mundo solamente para sí mismo, tiene lo suficiente en sí mismo, no sólo para destruirse, y matarse, sino para vaticinar esa ejecución de sí mismo; para asistir a la enfermedad, anticipar la enfermedad, hacer la enfermedad más irremediable por tristes aprensiones, como si quisiera producir un fuego más vehemente asperjando agua sobre las brasas, de manera de envolver una ardiente fiebre en una fría melancolía, no sea que la fiebre sola destruya lo bastante rápidamente sin esa contribución, ni cumpla su tarea (que es la destrucción), salvo que agreguemos una enfermedad artificial, la de nuestra propia melancolía, a nuestra natural, nuestra innatural fiebre. ¡Oh confusa descomposición, oh enigmática destemplanza, oh miserable condición del hombre!

(John Donne, Devociones. Traduccción de A. Girri).

En memoria de mi madre, Laura Gargallo Cortés (Castelló de la Plana, 24 de diciembre de 1922 - Barcelona, 5 de abril de 2020).

Comentarios

(6)
  1. Mis condolencias. Una vida muy longeva e imagino que plena, con todos los grises y colores que una vida lleva. Y ahora la tristeza de la pérdida... Una flor de almendro para ti y para ella.

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  2. Gracias por tus palabras de alivio y consuelo.

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  3. Reciba un saludo en esta oscura estación. Y un abrazo.

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  4. Gracias, Salva. Ojalá pronto salgamos de la "oscura estación".

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  5. Mis condolencias...
    No noise nor silence, but one equal music...

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  6. Gracias, Dr.J, por tu pésame y la cita.

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