Ir al contenido principal

Pequeña historia de un segundo premio



Hoy hace exactamente cincuenta años mi nombre apareció en el ABC. No lo supe entonces, me enteré hace poco gracias a la hemeroteca online del diario. En efecto, en la sección "Vida cultural" del domingo 2 de noviembre de 1969, página 49, se daba noticia del fallo del III Concurso de Cuentos convocado por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de León, que había tenido lugar en dicha ciudad el 31 de octubre, Día Universal del Ahorro. El primer premio, dotado con 20.000 ptas. fue para Miguel Fernández-Braso, de Madrid. Al certamen se habían presentado 386 trabajos, y el jurado estuvo formado por Dámaso Santos, como presidente; Emilio Salcedo, Antonio Pereira y Victoriano Crémer. En la nota, redactada por el corresponsal Máximo Cayón, se dice:
Al final de la cena se dio lectura al acta clasificadora correspondiente, siendo galardonado con el segundo premio, dotado con 15.000 pesetas, el original de Jorge Ordaz Gargallo, de Barcelona. 
Otros premiados fueron Laureano Bonet Mojica, José María Pérez Lozano y José María Sala Valdaura. Y sigue la nota:
La decisión del jurado fue acogida con grandes aplausos. Con estos trabajos se editará un libro y se entregarán 20 ejemplares a cada uno de los autores premiados.
Supe que había sido premiado porque me lo notificaron unos días después. Cobré el cheque por la cantidad asignada, lo que me vino de perilla; pero por razones misteriosas, o que se me escapan, nunca recibí los ejemplares que me correspondían. Con el tiempo acabé por olvidarme del asunto. Finalmente, en febrero de 2016, descubrí por casualidad uno de estos ejemplares en la librería Colegiata, de León. Y allí estaba mi cuento: "La última excursión de Sir Horatio Carteret".


Tengo que añadir que un año antes, en 1968, había yo enviado un cuento al mismo concurso, y también me lo habían premiado. Pero esto es otra historia que merece otra entrada.    

 

Comentarios

  1. ¡Que historia más curiosa! Me gustaría leer esos cuentos, tienen que salir a la luz de nuevo!

    ResponderEliminar
  2. Feliz 50 aniversario y, con todo ese retraso, ¡ENHORABUENA!. 15.000 pesetas en aquellas fechas eran un pastón, sobre todo para un chaval como eras tu en aquellos tiempos. Esta claro que ya apuntabas maneras.

    ResponderEliminar
  3. Gracias Airin y Lope. Sí, ciertamente fue una gran inyección de autoestima para un chaval como yo que había acabado la carrera, daba clases en dos colegios privados y empezaba a escribir. Además, el año anterior había tenido una de cal y otra de arena, como podréis comprobar si leéis la entrada de mañana en el blog.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Antillón

  Con el placer de costumbre leo en Lecturas y pasiones (Xordica, 2021), la más reciente recopilación de artículos de José Luis Melero, una referencia al geógrafo e historiador Isidoro de Antillón y Marzo, nacido y muerto en la localidad turolense de Santa Eulalia del Campo (1778-1814). Antillón fue un ilustrado en toda regla, liberal en lo político, que difundió sus ideas, entre ellas el antiesclavismo, a través de diversas publicaciones. Sus obras más relevantes son las de carácter geográfico, entre las que destaca Elementos de la geografía astronómica, natural y política de España y Portugal (1808). En esta obra se muestra crítico con otros geógrafos españoles (caso de Tomás López) y con los extranjeros que escribían sobre España (a excepción del naturalista Guillermo Bowles). Gracias a Jovellanos Antillón llegó a ser elegido diputado por Aragón en las Cortes de Cádiz. A su amigo y protector le dedicó Noticias históricas de D. Gaspar Melchor de Jovellanos , impreso en Palma de Mall