Ir al contenido principal

La Odisea (y II)


Una de las cosas que más me han llamado la atención en esta relectura de La Odisea es lo mucho que lloran sus protagonistas. Lloran todos: Penélope, Telémaco, Odiseo, sus compañeros de viaje; todos vierten abundantes "lágrimas desde sus párpados". Llora Odiseo cuando está retenido por Calipso, cuando oye recitar sus proezas al aeda Demódoco, cuando viaja al Hades y ve llegar el alma de su madre Anticlea, que cansada de esperar en Ítaca su llegada se quitó la vida... En el relato homérico Odiseo es astuto, valiente, ingenioso, pero también llorón. Cualidad esta que en aquellos tiempos parece era de lo más natural.
Determinadas metáforas y adjetivos repetidos machaconamente a lo largo de la narración -la Aurora de rosados dedos, palabras aladas, naves cóncavas, el bronce puntiagudo, Atenea la de los ojos de lechuza...- producen un efecto percusivo, mántrico. El mar siempre va acompañado de calificativos: espacioso, estéril, profundo, rico en peces, ceniciento, neblinoso, violeta... Pero el adjetivo que más llama la atención es "vinoso". Leí La Odisea este verano frente al mar Mediterráneo. Lo hice a distintas horas del día, a lo largo de varios días de meteorología cambiante. Observé el mar azul, verde, gris y con todos los matices intermedios posibles, pero en ningún momento vi el mar del color del vino. ¿De qué color era el vino que bebían los aqueos? Misterio.
Y un último apunte. Se nos dice que en su viaje de retorno Odiseo logra esquivar con su nave las peligrosas Rocas Erráticas o Simplégades; pero hacia el final, en el relato que del viaje da Odiseo a Penélope afirma que llegó a ellas. ¿Exageración del héroe o simple desliz? Qué más da. Los gigantes -y Homero, o quien fuese el autor de La Odisea, lo es- también duermen.

Comentarios

  1. Hola Jorge, perdona mi curiosidad pero quise ver lo del vino y encontré este enlace. En el punto (12.19) comenta de la mezcla del vino con agua... "el vino sirve para algo más que para alimentar":

    http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1851-17242007000100004&script=sci_arttext

    Cuando escribí el poema "Sabores de mi tierra" donde yo y Dios hacemos el amor, los creyentes que conozco me dijeron de todo. Yo no creo en Dios, pero lo imaginé.

    Deja que lloren y que el mar sea del color del vino, debió ser que de tanto beber y llorar, el mar ni lo veían:)

    ResponderEliminar
  2. Gracias por el enlace y por tu interpretación.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Escritura y moral

  La primera obligación de un escritor es tratar todos los temas con la más elevada, la más digna y la más valiente de las disposiciones (...) El espíritu con el que se aborda un tema, un ingrediente relevante en cualquier tipo de literatura, es de absoluta importancia si hablamos de obras de ficción, reflexión o poesía, pues ahí no solo da color, sino que de por sí elige los hechos; no solo modifica, sino que conforma a la obra (...) No rechazamos una obra maestra aunque estemos preparados para detectar sus defectos; sobre todo, no nos preocupa encontrar sus defectos, sino sus méritos: Por supuesto no hay libro perfecto, ni siquiera en su concepción, pero no hay duda de que hay muchos que hacen disfrutar al lector, que le hacen mejorar en su vida o que le levantan el espíritu (...) En literatura, como en todo lo que hacemos, nunca podemos esperar la perfección. Lo único que cabe es hacer todo lo posible  porque así sea, y para ello solo hay una regla: lo que pueda hacerse despacio no

Un milagro de san Salvador de Horta

"Dos casados vizcaínos traxeron desde aquel reino a Horta una hija, que era sorda y muda de nacimiento; y poniéndola a los pies del venerable Fray Salvador, les dixo que estuviesen ocho días en la Iglesia orando a Nuestra Señora, y que después hablaría la muchacha. Pasados quatro días habló, pero en lengua catalana, conformándose con el idioma del territorio en que estaba. Entonces viendo hablar a la muda gritaron todos: Milagro , milagro . Pero sus padres como no entendían aquella lengua estaban descontentos, y levantando la voz decían que ellos no querían, ni pedían, que hablase su hija lengua catalana, sino vizcaína; y fueron a Fray Salvador, que le quitase la lengua catalana y le diese la vizcaína. Él les respondió: Vosotros proseguid la oración de los ocho días, que yo también continuaré la mía . Y cumplidos los ocho días, delante de los muchos que concurrieron a ver la novedad, dixo: Amigo, la Virgen Santísima quiere que la niña hable catalán mientras esté en el reino de Cat