Huída


  La agarró por los cabellos, y de un tirón la puso de pie, para, sin transición, empujarla hacia la puerta, contra la que se estrelló Isabella. Isabella, que se había soltado el cabello, que se había puesto hermosa, que se había convertido en una muijer excitante, para morir... y no de amor precisamente.
  Para morir a manos del implacable Malcolm Shannon, el agente Octopus.
  De todos modos, aún aturdida, Isabella quiso aferrarse a una posibilidad. Iría con Malcolm hasta la trampa del helicóptero... Sí, iría hasta allí, y...
  Iba por el pasillo, empujada, zarandeada, se sentía humillada... Sus carnes a la vista, su cuerpo inútil contra aquel vendaval, contra el acero de aquel hombre...

(Lou Carrigan, En mi góndola te espero, Ediciones B, Colección Punto Rojo, 1993)

Comentarios

(5)
  1. Qué título, qué prosa, qué arte...

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  2. Espero poder ir ofreciendo más ejemplos de prosa "pulp" en español. ¡Hay verdaderas perlas!
    Saludos.

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  3. Los otros días en un pequeño pueblo de la Sierra Norte de Sevilla, 600 habitantes, había un señor mayor sentado en una silla de hierro viejo en la puerta de la calle.
    La puerta muy antigua de madera carcomida, la fachada pintada de verde agua con unas ventanas muy pequeñas vestidas de tela roída. Sobre las tejas de la casa había una paloma que casi se podía acariciar por la pequeña estatura del hogar.
    Este señor tenía unas gafas que le faltaban una patilla y leía una novela de Lou Carrigan. Me acerqué para pedirle permiso y hacerle una foto y me preguntó que para qué. Le dije, me ha recordado usted a mi abuelo y a mi padre cuando leían estas novelas. Y él me contestó:

    ¿Viven?. No, le dije.

    Pues entonces déjalos muertos y a mí tranquilo.
    ¡Malditos periodistas!

    Perdone usted señor. Me fui y solo subir al coche empecé a reírme de esa situación que recuerdo como una estampa, atrás en el tiempo.

    ¡Benditas perlas, benditos recuerdos!.

    Saludos

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  5. Maravillosa anécdota la que cuenta, L.N.J.
    Saludos.

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