Esta vez no he tenido que consultar Google para saber quién era el ganador del premio Nobel de Literatura, como en años pasados. Mario Vargas Llosa era un nombre que solía "sonar" en las listas de posibles candidatos, pero ya sabemos que las quinelas para el Nobel de Literatura son en general muy poco fiables. En cualquier caso, Vargas Llosa era una baza segura y un valor conocido y reconocido. Su obra novelística es una de las más sólidas en lengua española. Entre sus novelas hay de todo, obras maestras y divertimentos más o menos insustanciales, pero esto es inevitable cuando se llevan más de cuatro décadas escribiendo ficción. Y que siga.
Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro. El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de
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