Lectora de novelas


Este cuadro se titula "La lectora de novelas" y es del pintor belga Antoine Wiertz (1806-1865).
Es un cuadro intrigante.
¿Qué es lo que nos muestra? Vemos a una mujer desnuda, de rubensianas formas, echada voluptuosamente encima de una cama, leyendo un libro, una novela a tenor del título. ¿Tal vez una novela erótica o pornográfica? Probablemente. Lo cierto es que parece pasarlo bien con su lectura.
Vemos también que hay más libros sobre la cama. ¿Leídos? ¿Por leer? Y una persona escondida tras la cortina de la izquierda, de la que solo asoma su mano. ¡Ay, esta mano! ¿De quién es? ¿Es la mano de quien le proporciona los libros? ¿De alguien que se los quita?¿Es de un hombre? ¿De una mujer?
Misterio.

Comentarios

(7)
  1. Entiendo, al ver el cuadro y después de la exposición del autor del blog, que intrigante es, voluptuoso también, erótico, al máximo.
    La mano le va poniendo los medios para que la dama disfrute. Se ve que es así.
    Interesante comprobar que hay múltiples formas de conseguir el gustito (orgasmos de cuerpo y del pensamiento)y agradecer a manos como las del cuadro.
    si fuera un comic, veríamos viñetas anteriores y posteriores al momento recogido.
    Un saludo,
    Ula

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  2. Es una fantasía sexual. El escenario y las circunstancias no son realistas (ese espejo al costado de la cama puesto evidentemente para mirarse con fines eróticos, el personaje que se asoma...). Es una alegoría pero, por las fechas que das, no una alegoría barroca sino una gamberrada romántica. Creo que el cuadro está cargado de las peores (¿peores?) intenciones. Juraría que está pintado por encargo o el pintor era un cachondo. Seguramente ambas cosas. Yo diría que tiene muchísima gracia y que es una parodia romántica de la imaginería barroca, y que el autor es un gran libertino (título que menciono despojándolo de cualquier connotación peryorativa). Sólo faltaba que lo hubiera titulado "Alegoría del pecado", partiéndose de risa al hacerlo.
    Muy divertido.
    Un abrazo:
    JLP

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  3. Interesantísimo cuadro. Creo que la mano, envidiosa, trata de asir uno de esos misteriosos libros con los que tanto goza la moza. Y dicen que leer es aburrido ...
    Posiblemente sea una metáfora pictórica que trata de abrirnos los ojos y hacernos ver el placer que puede proporcionar la lectura.
    Saludos y enhorabuena por el blog.

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  4. La verdad es qure tanto puede ser la mano de de quien le proporciona los libros (Ula) o de alguien que se los quita (Rivero). Sigue el misterio. En cualquier caso parece ser que también él (o ella) debe disfrutar con ello.
    De acuerdo, JLP: es una fantasía erótica romántica expresada en forma barroca.
    Bernardo: En efecto, el cuadro también podría jhavberse titulado "El placer de la lectura". Saludos a todos.

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  5. El cuadro puede verse estos días en la exposición Heroínas en la Sala Alhajas de la Fundación Caja Madrid. La lectora está derramando una lágrima... muy bien no lo pasa.
    Saludos

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  6. Se cree que este cuadro, lejos de ser una alegoría al placer de la lectura, se pintó con un objetivo mucho más cruel.

    La mano representa al demonio, que ofrece la novela a la mujer desnuda.

    El cuadro en su momento advertía que las mujeres no debían leer por poseer una mente inferior y no comprender en su totalidad el contenido de un libro. Siendo así como se creía, o se quería creer, no se recomendaba la lectura a las mujeres porque ésta podía llevarlas por el mal camino.

    La desnudez de la mujer hace referencia a esa malinterpretación de la lectura que está llevando a cabo. Su mente ya está pervertida.

    La mano que le ofrece los libros hace referencia al mal, al demonio, que pone las novelas a su alcance para perder su alma.

    Es un cuadro muy alejado del bienestar. Es una crítica y una forma de represión de la manera más aberrante, que es robándole al sexo femenino su capacidad de desarrollarse intelectualmente.

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  7. Ella está desnudez, voluptuosamente, leyendo libros que le proporciona un set oscuro, peludo, que está abajo, lo que parece indicar que sea el diablo. Que los libros son perniciosos ha sido idea habitual en muchos tiempos. Y más las novelas que le proporciona el maligno a esta muchacha cuyo culmen de descarrio lo marcan el espejo en que se refleja y ka corona de flores.

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