La prueba del algodón
Hay una prueba del algodón que uno, conforme van cayendo los tacos del almanaque, se aplica. Este acto, esta película, este libro, si me dijeran que me quedan pocos días de vida, ¿lo aguantaría? Lector casi por encima de todas las cosas, al empezar un libro a veces me lo pregunto. Si te dijeran que mañana la espichas, ¿seguirías leyéndolo? Es una prueba irrefutable. Si te dicen "va a ser el último" quizá descubras que te sobra ese, y aun casi todos. Tienes decenas de canciones preferidas, pero ¿por cuál te decantarías si fuera la última? Y entre esa red de amigos que tejiste, o te tejió a ti, dudas no a cuál elegirías para echar unas últimas cervezas sino si finalmente casi casi todos no estarían de más. No es sólo acudir a la memoria personal, releer o volver a oír aquello que conformó tu vida. O recordar a quien te dejó huella. Es otra cosa. Es vislumbrar tan limitado el tiempo que ya no quieres perderlo con lo que poco aporta ni importa. Con veinte años te lees un tochazo infame de moda por no perder comba. Con cincuenta y tantos lo dejas de lado a las primeras de cambio, sabes que estás perdiendo el tiempo y prefieres dedicarlo a otra cosa, o a nada, al arte del dolce far niente. Lo que sea antes que engañarte a ti mismo, si eres sincero (y si no lo eres, después de este test, es que tal vez sumes años, aunque vida, poca).
(César Romero, Un opinante calmado. Los Papeles del Sitio, 2025).

Encuentro el conjunto del texto como un tedioso y por momentos infumable ejercicio de cálculo propio de un frío ingeniero o un eterno opositor pasau de rosca siempre dispuesto a posponer el gozo de la vida en aras de una etérea promesa de un futuro "seguro".
ResponderEliminarDe verdad tienes que esperar a que te digan que la vas a espichar (todos vamos a hacerlo!!!) para soltar lastre y deshacerte de ése tipejo al que un día llamaste amigo? Te cuesta mucho elegir un último vals? Tal vez es porque nunca has vivido como una estrella danzante.
Vives tratando de no perder comba? Entonces ya estabas muerto.
Ya decía Camus, que lo mejor que puedes hacer por el futuro es darlo todo al presente.
El resto no son sino mezquinas elucubraciones.