La novia de Kurtz
La última e imaginativa novela de Fernando Fonseca, Esperando a Montgomery (Más Madera, 2024) nos presenta un fascinante y variopinto conjunto de personajes que, habiendo sido elegidos al principio para formar parte del elenco de una novela o un cuento, quedaron finalmente descartados o negligidos por el escritor que los había inventado. A éstos, Fonseca los denomina "personajes nonatos".
Uno de estos nonatos es Elsy, nombre que Fonseca asigna a la novia de Kurtz en El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad; aunque en la novela de Conrad no tiene nombre específico y solo aparece como la "novia de Kurtz". Como es sabido, después de la muerte de Kurtz, Marlow visita a su prometida y, durante la conversación, ella le pregunta cuáles fueron sus últimas palabras. Marlow, en lugar de decirle la verdad, es decir, que las últimas palabras de Kurtz fueron "¡El horror! ¡El horror!", le dice que la última palabra que pronunció fue su nombre. Así pues, Marlow opta por mentirle para protegerla del dolor y mantener viva la imagen idealizada que de Kurtz albergaba su prometida.
Esta escena subraya uno de los temas principales de la novela: la tensión entre la verdad y la ilusión, así como la complejidad moral de los personajes. El narrador de Esperando a Montgomey lo explica de la siguiente manera:
Todos sabemos, a excepción de la señorita Elsy, que las últimas palabras pronunciadas por el aludido Kurtz fueron "el horror, el horror...". Pero ella ignoraba este dato, prefiriendo vivir con la agridulce complacencia de pensar que su amado la había tenido presente en el postrero de sus suspiros, exclamando su nombre, tal y como piadosamente le había informado el mensajero de tan emocionante testimonio, un tal Marlow.
El capitán Marlow, siempre tan comprensivo y compasivo.
A veces una mentira piadosa nos estimula para seguir adelante... Gracias, Jorge.
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