Conrad: Del libro a la pantalla

 

 

Peter O'Toole en Lord Jim, de Richard Brooks

 

Sabotaje (Sabotage, 1936) de Alfred Hitchcock se basa en la novela El agente secreto de Joseph Conrad. En Estados Unidos y otros países americanos se tituló A woman alone (La mujer solitaria). La película El agente secreto (1936), también de Hitchcock, no se basa en la obra de Conrad, sino en relatos de Somerset Maugham. Para mayor confusión, Sabotaje (Saboteur, 1942) es otra película del maestro del suspense que no tiene nada que ver con su anterior película homónima. Al margen de este baile de títulos, Sabotaje es una adaptación muy libre de la novela de Conrad que, desde el punto de vista cinematográfico funciona como un eficaz relato de intriga. 

Un gran número de novelas de Conrad han sido adaptadas al cine desde la época del cine mudo, y algunas lo han sido varias veces. El exotismo y la aventura han atraído a muchos cineastas, si bien los resultados han sido dispares. En vida del escritor se rodó la primera de ellas, Victoria (1919), del director francés Maurice Tourneur. Desconozco la opinión de Conrad sobre el traslado a la gran pantalla de su obra, si es que llegó a verla. En cualquier caso es la novela más veces adaptada. La  séptima, y última de momento, es la de Mark Peploe, de 1996. Como es inevitable tratándose de dos lenguajes y formatos distintos, una cosa es el libro y otra la película que se saca de él. Suele ser habitual que de una novela mediocre salga una buena película. También que una novela magnífica acabe convertida en un bodrio. No es frecuente, sin embargo, que la adaptación cinematográfica de una obra maestra literaria se convierta en otra obra maestra. Pero en ocasiones sucede. 

En mi memoria guardo un grato recuerdo de algunas de estas adaptaciones. En base al relato "El duelo" consiguió Ridley Scott una deliciosa película (Los duelistas, 1977). El director Richard Brooks logró con Lord Jim (1965) una más que estimable versión de su novela homónima, protagonizada por Peter O'Toole y Jack Hawkins como capitán Marlow. También destacaría la menos conocida El desterrado de las islas (1951), de Carol Reed, adaptación de Un vagabundo de las islas; y el curioso mediometraje de John Brahm basado en el relato "El copartícipe secreto", incluido en la película Cara a cara (1952). En todos estos casos, la pericia del director, la solidez de los guiones y la idoneidad de los actores resultan fundamentales. Y luego están las versiones que no pudieron llevarse a cabo, los proyectos fallidos de David Lean con Nostromo y de Orson Welles con El corazón de las tinieblas. Presagiaban lo mejor, pero nunca lo sabremos. Ahora bien, si me preguntan con cuál adaptación me quedo de todas las que he visto, elegiría la peculiar visión de la mencionada nouvelle de Conrad, en la que paradójicamente el nombre del escritor no figura en los títulos de crédito. Me refiero a Apocalypse Now (1979), de Francis Ford Coppola. El horror conradiano hecho cine.   

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