Escritura y moral
La primera obligación de un escritor es tratar todos los temas con la más elevada, la más digna y la más valiente de las disposiciones (...)
El espíritu con el que se aborda un tema, un ingrediente relevante en cualquier tipo de literatura, es de absoluta importancia si hablamos de obras de ficción, reflexión o poesía, pues ahí no solo da color, sino que de por sí elige los hechos; no solo modifica, sino que conforma a la obra (...)
No rechazamos una obra maestra aunque estemos preparados para detectar sus defectos; sobre todo, no nos preocupa encontrar sus defectos, sino sus méritos: Por supuesto no hay libro perfecto, ni siquiera en su concepción, pero no hay duda de que hay muchos que hacen disfrutar al lector, que le hacen mejorar en su vida o que le levantan el espíritu (...)
En literatura, como en todo lo que hacemos, nunca podemos esperar la perfección. Lo único que cabe es hacer todo lo posible porque así sea, y para ello solo hay una regla: lo que pueda hacerse despacio no ha de hacerse deprisa.
(Robert Louis Stevenson, Moral laica / El compromiso moral del escritor. Traducción de Miguel Ángel Bernat y Francisco Campillo García. Machado Libros, 2023)
La necesidad de componer un código moral al margen de las religiones es una cuestión que han abordado con entusiasmo diferentes autores y que me interesa especialmente por su relevancia para con nuestro tiempo. No deja de llamarme la atención, sin embargo, la doble referencia al "espíritu" en el texto recogido, que nos deja con la leve sensación de que incluso para el propio autor la posible frontera entre moral laica y religiosa fuera aún un poco difusa. Para poner el dedo en la llaga, recomiendo vivamente "En qué creen los que no creen?" libro que recoge el diálogo epistolar entre Umberto Eco y Carlo Martini donde se puede leer, entre otras cosas:
ResponderEliminar"La Ilustración no es una ruptura con el ethos cristiano sino una tentativa de purificarlo del absurdo y del fanatismo".
Personalmente, en cualquier caso, siempre tomaré partido por Camus; los interrogantes que plantea y las respuestas que ofrece, sustentadas en la indispensable existencia de unos
valores - guía que permitan discernir el bien del mal:
"Se puede, lejos de lo sagrado y sus valores absolutos, encontrar la regla de una conducta? Tal es la pregunta que plantea la rebelión. El hombre rebelde es el hombre situado antes o después de lo sagrado y dedicado a reivindicar un orden humano en el que todas las respuestas sean humanas. Si uno no cree en nada nada tiene sentido, sino podemos encontrar ningún valor todo está permitido y nada es importante. Uno es libre de atizar el fuego crematorio o dedicar su vida al cuidado de leprosos ".
Tanto las palabras de Eco/Martini como las de Camus son dignas de atención. En el caso del uso de la palabra "espíritu" en el texto de Stevenson, en el primer caso valdría como sinónimo de "actitud" y en el segundo como "ánimo". No creo que la intención del autor sea elevarlo a una dimensión "espiritual".
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ResponderEliminar''Libro, ha llegado la noche, me he puesto a escribir más de prisa, del río no llega más que el estruendo de la cascada, allá abajo, ante la ventana vuelan mudos los murciélagos, ladra algún perro, alguna voz resuena desde los heniles. Quizá no la ha escogido tan mal esta penitencia mía, la madre abadesa: de vez en cuando me doy cuenta de que la pluma ha empezado a correr por la hoja como sola, y yo le corro detrás. Es hacia la verdad que corremos la pluma y yo''. Ítalo Calvino, El caballero inexistente.
Italo Calvino, uno de mis autores favoritos desde que leí "El barón rampante". ¡Grande!
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