Vesperal
A lo largo de su vida el poeta Gabriel Ferrater (1922-1972) tradujo una gran cantidad de libros. La traducción fue siempre una de sus fuentes de ingresos, y la principal en los primeros años cincuenta, cuando se trasladó a vivir a Barcelona desde su natal Reus. En la atrayente biografía Vencer el miedo. Vida de Gabriel Ferrater (Tusquets, 2022) de Jordi Amat, se transcribe un fragmento de una carta escrita a su madre en 1951, recién llegado a la ciudad condal, en la que dice:
"Me han dado una traducción. No es gran cosa: una novela policiaca de la que sacaré unas mil pesetas. Pero más vale eso que nada, y parece que tendré más después. Así que es vital que me envíe la máquina de escribir lo antes posible porque esta gente me ha dicho sobre todo que tiene prisa. En cambio, se ve que no les importa nada que la traducción esté hecha un poco a ojo. ¡Así sale luego!"
Una de estas novelas policiacas que tradujo Ferrater es Asesinato en Honolulú, de la escritora estadounidense Leslie Ford, número 2 de la popular Colección "El Búho", editada por Gerplá. No puedo afirmar que la traducción esté hecha con prisas y "un poco a ojo"; pero lo que sí es cierto es que de vez en cuando surgen opciones léxicas y sintácticas que parecen debidas más al traductor que al autor. En esta frase, por ejemplo:
"En el rellano de la roca que dominaba nuestras cabezas se encontraba la galería donde Alice se había quedado inmóvil, al oir el canto vesperal del petirrojo."
No conozco el original inglés, pero lo del canto vesperal se me antoja una elección del traductor que, por encima de todo, es un poeta. Ferrater podría haber elegido otros sinónimos relativos al atardecer, de uso más corriente que seguramente encajaran mejor en el tipo de prosa sobria y funcional de la novela criminal; pero si eligió el término vesperal quizás fue por su infrecuencia, su tono poético y cercanía fonética con el catalán vespral (derivado de vespre, vespertino). Quizás, o tal vez. En cualquier caso, la novela se lee con interés.
Fue un placer indagar en la figura, vida y obra de Gabriel Ferrater. Un autor hasta ahora completamente desconocido para mí. Me pregunto en qué emplearía Gabriel ésas tristes mil pesetas y si el oficio de legislador no reconocido de la Humanidad no debería de gozar de un mejor trato, no sólo en el terreno pecuniario por parte del conjunto de la sociedad.
ResponderEliminarEstá por ver qué altas cotas académicas y literarias hubiera alcanzado Gabriel Ferrater si en su vida no hubiera sido tan disperso, desordenado, falto de ambición y excesivamente dado a la bebida. Seguramente nos hubiésemos perdido al gran poeta e inmenso lector que fue.
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