Peligro en la carretera


 

SORIANO DESCRIBE AL RINOTAURO

Lo más perturbador del Rinotauro no es que tenga cabeza de rinoceronte y cuerpo de toro. Yo diría que esto se puede asumir. Tampoco su magnífica huevada. No. Lo peor del Rinotauro es la certeza de que su visión inoculará un miedo irreversible. Contemplarlo desencadena en ti los terrores de las pesadillas infantiles, que son los que vienen para quedarse. Sabes que mirar sus ojos, caldosos e inmensos, te provocará, de manera definitiva, una leve pero persistente fobia al agua. También sabes que su olor, que recuerda al hedor a orina en el sótano de un manicomio, te perseguirá y será lo que huelas en los momentos más desfavorables. Sabes que sus dientes (terribles, carnívoros, impropios de un rinoceronte) podrían triturar con facilidad los huesos de aquellos a los que amas, y que notarás esos feroces incisivos royéndote el corazón cuando seas incapaz de proteger a quienes quieres. Y no puedes dejar de sentir, al mirarlo, que ese puto bicho quiere amaestrarte. Que ésa será la forma, la más lenta y la más cruel, que tendrá de acabar contigo. Por lo demás, físicamente acojona. 

(Jorge Salvador Galindo y Leticia Sánchez Ruiz, La carretera del infierno. Eolas, 2022).


Comentarios

(2)
  1. Eso del hedor a orina en los sótanos de un manicomio me recuerda a cierto detective de Eduardo Mendoza que estaba en el manicomio y salía para resolver casos intrincados.
    Por otro lado veo en la ilustración que aparece un "Tiburón". Me fascina ese coche.

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  2. Jorge Ordaz28/8/22, 1:33

    En la obra hay muchas referencias literarias. Me atrevo a aventurar que Mendoza es una de ellas.

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