Privilegios de aldea
Es previlegio de aldea que cada vecino se pueda andar no solamente solo, mas aun sin capa y sin manteo, es a saber, una varilla en la mano, o puestos los pulgares en la cinta o vueltas las manos atrás. No pequeña sino grande es la libertad del aldea, en que si uno no quiere traer calzas trae zaragüelles; si no quiere traer capa, ándase en cuerpo; si le congoja el jubón, afloja las agujetas; si ha calor ándase sin gorra; si ha frío, vístese un zamarro; si llueve mucho embístese un capote, si le pesa el sayo, ándase en calzas y jubón; si hace lodos, cálzase unos zancos, y si hay algún arroyo, sáltale con un palo (...) No gozan deste previlegio los que moran en la villa o ciudad; porque allí acontesce el marido no salir de casa por tener la capa raída y la mujer no ir a misa por falta de ama.
(Fray Antonio de Guevara, Libro llamado menosprecio de corte y alabanza de aldea, Valladolid, 1539. Edición de Martín de Riquer. Luis Miracle, editor, Barcelona, 1943).
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ResponderEliminar"Fue entonces cuando me di cuenta, con asombro, hasta qué punto el idealismo de la libertad puede convertirse en un obstáculo para la afición a la libertad personal, puesto que aquél, por mor de su propaganda, evita del modo más temeroso cualquier malentendido, cualquier falsa apariencia, sometiéndose así al juicio de los demás". LOU ANDREAS SALOMÉ