Casa de postas


 

El día 1 de enero de 1868 los hermanos Goncourt escriben en su Diario

¡Vamos, un nuevo año... Todavía una casa de postas, según la expresión de Byron, donde los destinos cambian de caballos!

Y a esta casa de postas hemos llegado físicamente agotados, anímicamente hartos, con las mascarillas puestas y el distanciamiento obligado. Sin podernos saludar o abrazar como es debido y con todas las dudas del mundo acerca de lo que nos deparará el futuro más inmediato.

Por desgracia, no estamos todos. Faltan viajeros. Porque a lo largo del camino nos han dejado seres queridos, familiares, amigos, a los que siempre echaremos de menos. A ellos nuestro recuerdo emocionado.   

Aún así, aquí estamos. A la espera de que lleguen los caballos de refresco. Dispuestos a emprender un nuevo trayecto e impacientes por abandonar este año infausto que ahora termina. Eso sí, aferrados con firmeza a una vaga esperanza y deseando, con más fuerza que nunca, que el nuevo año sea mucho mejor y más saludable.  

Pero atención. Ya se oye al mayoral dando órdenes. El postillón está listo. Suena el chasquido de un látigo. Por fin partimos. ¡Buen viaje! 

Comentarios

(1)
  1. Feliz año nuevo y, tal como dice el poema, con temor y la esperanza de que el año próximo acabe de una vez esta situación pandémica. SALUD

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