Un poema de Wilbur
Richard Wilbur (1921-2017) |
PIEZA DE MUSEO
Los buenos y grises guardianes del arte
patrullan las salas con zapatos esponjosos,
imparcialmente protectores, aunque
tal vez sospechen de Toulouse.
Uno de ellos dormita contra la pared,
acomodado en una silla mortuoria.
Una bailarina de Degas hace piruetas
sobre la raya de su cabello.
¡Mira cómo gira! La gracia está allí,
pero también se nota la tensión.
Degas amaba ambas cosas:
La belleza unida a la energía.
Edgar Degas compró una vez
un bonito Greco, y lo puso en la
en la pared, al lado de la cama,
para colgar sus pantalones mientras dormía.
(Richard Wilbur, Collected Poems (1943-2004), Harcourt, 2004. Traducción: J. O.)
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