Choferes que leen a Eliot
Raymond Chandler (1888-1959)
Al llegar a mi altura, la señora Loring se volvió hacia el chófer:
-El señor Marlowe, me llevará luego al hotel, Amos. Gracias por todo. Lo llamaré por la mañana.
-Sí, señora Loring. ¿Puedo hacer una pregunta al señor Marlowe?
-Por supuesto, Amos.
El chófer dejó el bolso de viaje junto a la puerta Linda Loring entró en la casa y nos dejó solos.
-"Me hago viejo..., me hago viejo..., me remangaré las perneras del pantalón."¡Qué significa eso, señor Marlowe?
-Nada en absoluto. Suena bien, eso eso iodo.
Sonrió.
-Es de La canción de amor de Alfred J. Prufock. Otro verso. "En la habitación las mujeres van y vienen hablando de Miguel Ángel." ¿Le sugiere eso algo, señor Marlowe?
Sí; me hace pensar que el autor no sabía mucho de mujeres.
-Pienso exactamente lo mismo, señor. Siento, empero, una gran admiración por T. S. Eliot.
(Raymond Chandler, El largo adiós. Traducción de José Luis López Muñoz. Alianza Editorial. 2002).
Publicar un comentario
Publicar un comentario