Hombres de placer
Philip Dormer Stanhope, 4º Lord Chesterfield (1694-1773)
Una vida ininterrumpida de placeres es tan insípida como despreciable. Algunas horas dedicadas todos los días a los asuntos graves excitan el ánimo y los sentidos a disfrutar mejor de las destinadas al recreo. Un glotón ahitado, un ebrio extenuado y un libertino enervado por los excesos, jamás gozan de los placeres a los que se dedican; no son más que otros tantos sacrificios humanos hechos a falsas deidades. Los goces de una vida ordinaria son todos erróneos, meramente sensuales y de naturaleza ingrata; mientras los de las personas cultas, los de las sociedades escogidas, aunque pueden no ser siempre del todo morales, son más finos, más delicados, menos peligrosos, menos ingratos y menos perjudiciales en el curso común de las cosas. En una palabra, el placer no debe ni puede ser ocupación de un hombrer sensato y de crédito distinguido, sino que puede ser y es su solaz, su recompensa.
(Lord Chesterfield, Cartas a su hijo. Traducción de A. García Camba. Ediciones Atlas, 1943)
Pues nada, todos los vicios a la papelera:)
ResponderEliminarMe temo que el hijo de Lord Chesterfield no siguió los consejos del padre.
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