Purgas

San Antonino trae que un carbonero veía venir volando una mujer desnuda, que se entraba en el fuego de su oficina, y que tras ella venía un caballero negro de espantosa figura, que alcanzándola, la atravesaba con la espada, y que con ella la estaba asando en aquel fuego. Repitióse esta visión , hasta que se la revelaron, diciéndole: yo soy un caballero que fui soldado, esta es una señora noble que mató a su marido para adulterar conmigo; tuvimos la dicha de apartarnos y arrepentirnos; y Dios nos ha dado el Purgatorio, en que yo la mato cada noche a ella; y yo sea por ella cada noche muerto y asado; y uno y otro purgamos en este fuego el de nuestra lujuria, aunque lavada con llanto y perdonada.

(Gritos del Purgatorio y medios para acallarlos, Joseph Boneta, 1689)

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