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Un poema de Siken

 


TEORÍA DE LA BOTA

 

Un hombre entra en un bar y dice

                                     Toma a mi mujer. Por favor

                                                                                 Y eso haces.

      Sales con ella bajo la lluvia y te enamoras de ella

                                                                  y te deja y estás desolado.

Estás bocarriba en camiseta interior, eres un hombre roto

           en una colcha fea, mirando fijamente a las manchas de humedad del techo.

                Y puedes oír al hombre del piso de arriba

                          quitarse los zapatos.

Oyes la primera bota golpear el suelo y buscas algo,

                                                                                       esperas

    porque creías que vendría algo después, creías que existiría

                 alguna lógica, tal vez, algo que le diera a todo un sentido,

            pero aquí estamos, de nuevo en la maleza,

                                                                                  aquí estamos

en el quid de la cuestión: tu mundo no tiene sentido.

                 Y entonces cae la segunda bota.

                                   Y luego una tercera, una cuarta, una quinta.

 

Un hombre entra en un bar y dice:

                                      Toma a mi mujer. Por favor.   

                                                      Pero en lugar de eso te lo llevas a él.

Te lo llevas a casa, y le haces un sándwich de queso,

            e intentas quitarle los zapatos, pero te da una patada

                                                                                 y sigue pataleando.

      Te tragas un bote de pastillas para dormir, pero no funcionan.

                 Las botas continúan cayendo al suelo

                                                                      en el piso de arriba.

Vas al trabajo al día siguiente y finges que no ha pasado nada.

            Tus compañeros te preguntan

               si todo va bien y les contestas

                                                        que solo estás cansado.

      E intentas sonreír. Y ellos intentan sonreír.

 

Un hombre entra en un bar, eres tú esta vez, y dice:

                     Que sea doble

          Un hombre en un bar, eres tú esta vez, y dice:

                                               Anda un rato con mis zapatos.      

Un hombre entra en un súper, sigues siendo tú, y dice:

                 Sólo quería algo sencillo, algo básico... 

     Pero el cajero te dice que compres algo o te vayas.

Un hombre conduce a su tristeza hasta el río y la tira al río,

           pero ahora se queda solo

y con el río. Un hombre coge a su tristeza y la lanza lejos

                                        pero ahora se queda solo y con sus manos.

 

(Richard Siken, Crush. Traducción del inglés de Juan Gallego Benot. Ultramarinos, 2023).  

 

    

Comentarios

  1. Qué poema tan bueno. No conocía a este estupendo poeta.

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    Respuestas
    1. Jorge Ordaz22/2/24, 12:41

      Todo el poemario es magnífico. Para mí, un gran descubrimiento.

      Eliminar
  2. Extrañeza. Cansancio de sí.

    ResponderEliminar
  3. Jorge Ordaz27/2/24, 22:33

    Como un implacable autorretrato.

    ResponderEliminar

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