Ir al contenido principal

Proust, Grasset, Bibliofilia

Este año en el que se celebra el centenario de la muerte de Marcel Proust, han sido inumerables los artículos que han hablado de este gran escritor y de su monumental obra En busca del tiempo perdido, compuesta por siete volúmenes. Algunos de estos artículos han hecho referencia al hecho de que fue el propio Proust quien corrió con los gastos de publicación de la primera novela del ciclo, Por el camino de Swann, que apareció finalmente en la editorial Grasset, tras ser rechazada por varios editores.


 

Bernard Grasset recordaría esta circunstancia en su libro La chose littéraire (Gallimard, 1929), que fue traducido al catalán el mismo año por Just Cabot, periodista y director de la prestigiosa revista cultural Mirador, y publicado, con el título de El món dels llibres, por Antoni López Llausàs, editor y propietario de la Llibreria Catalònia de Barcelona, que también se encargó del prólogo. Impreso en los talleres gráficos Nagsa, se hizo una tirada de 750 ejemplares en papel verjurado y 25 ejemplares numerados en papel de hilo de la casa Guarro. 

El libro recoge artículos que fueron publicados previamente por Grasset en el diario parisiense Journal, y, en palabras del prologuista "es una demostración palpable de la existencia de editores de un nivel intelectual bastante superior al supuesto por la mayoría de comentaristas de esta actividad industrial". En el artículo tirulado "La era bibliofílica", Grasset recuerda:

Quién es el lector del Journal cuya atención todavía no se ha sentido atraída por alguna información de este género:

"Ayer, 3 de abril, en la Sala de Ventas, un conocido bibliófilo, el Sr. H. P., ha adquirido, por 1.100 francos, un ejemplar ligeramente fatigado de la primera edición de Du côté de chez Swann. El precio de venta de esta obra era, cuando se publicó el año 1914, de 3 fr. 50."

(Du côté de chez Swann se imprimió en 1913, pero en la cubierta figuró por error 1914. De hecho, la primera impresión del libro está repleta de erratas tipográficas.) 

 


 

La versión catalana del libro sigue los criterios estéticos de La Nouvelle Revue Française (nrf), y es una muestra cuidada y selecta de las ediciones literarias de los años veinte del pasado siglo. Con el estallido de la guerra civil, Just Cabot se exiliaría a París y Antoni López Llausàs lo haria a Buenos Aires. Allí entró como gerente de Editorial Sudamericana, que pronto se convertiría en una de las editoriales más importantes e influyentes del ámbito hispanoamericano. Después de la guerra, la Llibrería Catalònia pasó a llamarse Casa del Libro. No volvería a recuperar su nombre hasta 1976.

Lo único que puedo afearle a la edición catalana del libro de Grasset es que no haya conservado su título original: La cosa literaria. Me parece un título estupendo.

Comentarios

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Bennett sobre "Ulises"

He aquí una foto clásica. Está tomada en la trastienda de la librería Shakespeare and Company, en París, poco después de la publicación de Ulises de James Joyce. En la foto aparecen Sylvia Beach (izquierda), propietaria de la librería y editora de la novela, y su autor (derecha). Me gustaría, sin embargo, que se fijaran en el cartel que hay detrás: ARNOLD BENNETT ON "ULYSSES".  Bennett fue un prolífico escritor inglés, autor de novelas como Los Clayhanger , Ana de las Cinco Villas o Cuentos de viejas , que alcanzaron en su tiempo enorme popularidad y fueron auténticos bestsellers. Seguidor de la gran tradición novelística del siglo XIX, sus obras iban destinadas preferentemente al llamado gran público, lo cual no quiere decir que no se preocupara por el estilo o la forma narrativa. Para Virginia Woolf y el círculo de Bloomsbury, Bennett representaba el lado más aborrecible de la narrativa y, en consecuencia, era no solo minusvalorado sino desdeñado (se burló de él en el ensa