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Diálogo con un tío



Justo en ese momento, Ronald se sintió violentamente atraído por ella.
-He muerto -dijo Elsie-, he muerto muchas veces.
-Vaya -dijo él-, ¿cómo es posible?
Ella se apartó el pelo de su frente prominente. Tenía un rostro combado y juvenil.
-He amado demasiado, he confiado demasiado -dijo, consciente de la efectividad de su estilo-, he dado mucho y he recibido nada.
-¿Ha tenido muchas relaciones sexuales? -dijo Ronald.
-He tenido sexo sin tener ninguna relación. No sé por qué le cuento todo esto en los primeros cinco minutos.
-Quizás no ha conocido al tipo adecuado -dijo Ronald.
-Los tipos adecuados no existen. Si no están casados son maricas. Si no son maricas son crueles; si no son crueles son demasiado blandos. De un modo u otro siempre fracaso con los hombres. ¿Por qué le estoy contando todo esto?
-Soy como un tío.
-¿Por qué dice esto? ¿Le interesa la psicología...? A mí me interesa mucho la piscología. ¿Por que dice que es como un tío?
-Porque todo el mundo me cuenta sus problemas -dijo Ronald.

(Muriel Spark, Los solteros. Impedimenta, 2012. Traducción: Juan Sebastián Cárdenas).  

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