Ir al contenido principal

Esther Armán: como un relámpago


En la sección "Hemeroteca" de La Nueva España del día 25 de mayo de 1994, aparece dentro del epígrafe "Hace 25 años" el siguiente comentario: "UNA NOVELISTA OVETENSE. Pasó como un relámpago por el mundillo literario madrileño y llegó a ser popular en el mítico ámbito del café Gijón. Hoy su nombre, Esther Armán, es sólo una evocación como ésta que suscita su aparición en una entrevista que, en sus días de esplendor, le hacía Juan Sierra: "La ovetense Esther Armán penetra en el mundo de la literatura sin pasaporte, como las protagonistas de su novela Mujeres sin pasaporte. Sus únicas garantías son que ha escrito su primera novela; que prepara dos; que la llaman la Françoise Sagan española, y que llega al corazón del feminismo de hoy".
Esther Armán nació en Madrid, pero su infancia y adolescencia trasncurrió en Oviedo, donde su padre, Alfonso López Armán, se había establecido como fotógrafo. Cursa estudios de Magisterio y Filosofía y Letras, obteniendo plaza de maestra en Cangas de Onís. Tras cinco años vuelve a Madrid, frecuenta las tertulias literarias, publica algunos cuentos y colabora en revistas. En uno de sus viajes por Europa recoge impresiones que plasmará en su primera novela: Mujeres sin pasaporte, publicada por la editorial madrileña Quevedo en 1968.
Se trata de una road novel, un tipo de novela bastante inusual en la narrativa española de la época. Tres mujeres jóvenes deciden viajar en coche con un amigo desde Madrid a Niza. Ningún propósito, fuera del hecho de viajar y hacer turismo, parece ocupar sus preferencias. Elena es una intelectual, de carácter dominante, sofisticada y caprichosa; Jacoba es de origen judío, tímida y con problemas de identidad; Judith, aspeirante a escritora, es la que narra la historia. Una vez en Niza consiguen un pase de unas horas para entrar en Italia, pero por diversos azares se encuentran atrapadas en el país transalpino solas, sin pasaportes y sin dinero. Las relaciones que se van estableciendo entre las protagonistas y los hombres que se cruzan con ellas en el camino y a los que recurren para seguir el viaje, así como la vívida descripción de la Roma cosmopolita de la dolce vita, constituyen la esencia de esta novela de estilo ágil, directo y muy cinematográfico. Según los paratextos que acompañan la edición de Mujeres sin pasaporte, Esther Armán es "una escritora de fina intuición y sutileza femeninas", autora de un libro "atrevido, valiente y realista". También se nos informa de otras "Obras en preparación" de Armán: dos novelas y un volumen de cuentos que, por la razón que sea, nunca llegaron a publicarse. Murió joven, creo.  

Comentarios

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Pìanos mecánicos

De Los organillos , de Henri-François Rey, publicada a principios de los años sesenta, recordaba más su versión cinematográfica, titulada Los pianos mecánicos como el original francés, que la propia novela. Yo estaba en Cadaqués el verano en que se rodó la película, y tuve la ocasión de ver de cerca a dos de sus intérpretes más conocidos: James Mason y Hardy Krüger. La protagonista femenina era Melina Mercouri, pero a ella no tuve la suerte de verla. El filme lo dirigió Juan Antonio Bardem y, aunnque no es una de sus mejores películas, sí es una de sus producciones internacionales de más éxito comercial. A Henri-François Rey, que pasaba largas temporadas en Cadaqués (Caldeya en la ficción), también lo  tenía visto por el bar Marítim o el café Melitón (título, por cierto, de su última novela). En su momento la novela fue un éxito de ventas y de crítica (llegó a finalista del Goncourt y ganó el Interallié).Leída al cabo de los años puedo asegurar que no solo se sostiene muy bien