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Benjamín Garrote, adéfago asturiano


Benjamín Garrote de Pedro fue un carpanta asturiano que no tuvo un Rabelais pero mereció, sin embargo, una página de El Caso, como Jarabo el asesino infame y el médico de San Baudilio, que pautaba las boticas por medio de un péndulo radiestético. Benjamín Garrote de Pedro era un hombre recogido, antiguo cabo de infantería, ovetense y flaco y una vez se comió ochenta y cuatro milhojas sin beber una sola gota de agua. Riñendo un desafío con tres mozos de Sama de Langreo rindió tres platos de fabada con su corte sacramental de tocino, jamón, lacón, chorizo, longaniza, morcilla y cabeza de puerco y siguió con dos platos de callos, dos de riñones al jerez, dos de lengua asada, un filete con papas, una tortilla de jamón, un plato de carne mechada, una perdiz con verdura y dos huevos fritos.

(Martín Olmos, Breve relación de vidas extraordinarias. Pepitas de Calabaza ed., Logroño, 2017).

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Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Bennett sobre "Ulises"

He aquí una foto clásica. Está tomada en la trastienda de la librería Shakespeare and Company, en París, poco después de la publicación de Ulises de James Joyce. En la foto aparecen Sylvia Beach (izquierda), propietaria de la librería y editora de la novela, y su autor (derecha). Me gustaría, sin embargo, que se fijaran en el cartel que hay detrás: ARNOLD BENNETT ON "ULYSSES".  Bennett fue un prolífico escritor inglés, autor de novelas como Los Clayhanger , Ana de las Cinco Villas o Cuentos de viejas , que alcanzaron en su tiempo enorme popularidad y fueron auténticos bestsellers. Seguidor de la gran tradición novelística del siglo XIX, sus obras iban destinadas preferentemente al llamado gran público, lo cual no quiere decir que no se preocupara por el estilo o la forma narrativa. Para Virginia Woolf y el círculo de Bloomsbury, Bennett representaba el lado más aborrecible de la narrativa y, en consecuencia, era no solo minusvalorado sino desdeñado (se burló de él en el ensa